¡Bienvenidos!

¡Bienvenidos a Los Discos del Hombre Polilla !

En este rincón del tiempo, desempolvamos vinilos olvidados y atravesamos las brumas del pasado para re-encontrarnos con los sonidos más enigmáticos y fascinantes de los años 60 y 70. Cada álbum que presentamos guarda una historia única, un latido propio que sigue resonando con fuerza hoy en día. Este blog es mi forma de compartir esa magia con ustedes, sin pretensiones, solo con la pasión de alguien que vive y respira música.

Todo nació de una necesidad sencilla: hablar de los álbumes que me marcaron el alma. No soy un experto ni un erudito, solo alguien que siente una conexión profunda con estos sonidos y quiere compartirlos de manera honesta, sin egos de por medio. Si alguna vez el entusiasmo me juega una mala pasada o las palabras se me desordenan, sepan que todo nace desde el cariño. Y si el ego se cruza por ahí… desde ya, mil disculpas.

"Los Discos del Hombre Polilla" comenzó su vuelo en 2006 en Fotolog, pero fue en 2009 cuando realmente despegó. Desde entonces, ha mutado, ha cambiado de piel y ha encontrado su propio camino, manteniendo siempre su esencia: compartir música entre amigos.

Pero este blog va más allá de ser solo un espacio de reseñas: quiero que se convierta en una especie de enciclopedia viva. Un lugar donde cada entrada sea una puerta a nuevas exploraciones, donde las historias detrás de laos álbumes, las curiosidades y los detalles menos conocidos se conectan para formar un mapa sonoro. Aquí, cada álbum es una pieza que alimenta una red de descubrimientos, un viaje sin fin para quienes sienten que la música no es solo para escuchar, sino para vivir, entender y compartir.

Porque la música no se guarda, se comparte. Aquí no hay verdades absolutas ni poses de sabio. No busco ser dueño del conocimiento ni de la verdad. Este espacio es para quienes aman estos sonidos y desean mantenerlos vivos.

Así que… ¡bienvenidos al viaje! Disfruten del blog, comenten, descargen lo que les inspire. Aquí siempre tendrán un lugar, porque en este rincón, la música es de todos.

El hombre pollilla