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McChurch Soundroom - Delusion

Just like the Dies Irae album (also on Pïlz), it's one of these things that should get more love, I feel.Okay, if you want your typical druggy Kraut weirdness, then look somewhere else.. now if you are looking for "1971 period flavor", it is there aplenty - and I mean it. The flute, the strong bass guitar riffing, the occasional (but spot on) organ, the generally "wooden" atmosphere.. down to the scary occult-ish cover ! I don't know, to me this record is 1971 in 6 tracks.But it's always hard to tell why people seem to rate or overlook such and such album.. The hype machine is a subtle, complex thing and a weird beast indeed. Ah, I mean, come on, even that odd, meaningless bandname sounds like the stuff truly Kvltish records are made of, to me.

Typical early 70s jams with keyboards & flute. Lots of period flavor, but nothing revelatory. Maybe too derivative to warrant the term "krautrock," even though it's on Pilz.

It's not going set your world on fire but this is a likeable and very groovy jam session with tasteful flute and nice guitar. Think Murphy Blend and early Birth Control. It's very much of it's time, but it's certainly consistent.

Delusion: Fragmentos de un Delirio Suizo
Desde el garaje suizo donde el humo tenía forma de flauta

I. Preludio entre nieblas y laderas

Hay discos que parecen grabados en lugares que no figuran en los mapas. No en estudios de lujo ni en las catacumbas de Londres, sino en sótanos húmedos con olor a madera vieja, en garajes donde se improvisan altares eléctricos. Delusion, el único álbum de McChurch Soundroom, es precisamente eso: un delirio encapsulado en vinilo, nacido en los rincones de una Suiza que escuchaba a Alemania y soñaba con Inglaterra. Un susurro montañoso convertido en estampida eléctrica. Aquí nada es lo que parece, y todo es lo que vibra: el folk se disfraza de hechicero, el jazz se asoma con sombrero de copa, el kraut acecha en las sombras, y la psicodelia lanza su red caleidoscópica. Si algo define este álbum es su negativa a definirse. Y en esa resistencia radica su culto.

II. Informe desde las entrañas del archivo sonoro

Editado por el legendario sello Pilz en 1971 —la misma casa que albergó a Popol Vuh, Witthüser & Westrupp y Wallenstein—, Delusion se erige como uno de los actos más enigmáticos del primer Hard Prog europeo. Grabado con la colaboración del mítico ingeniero Conny Plank, este registro cuenta con una producción sobria, casi subterránea, que potencia aún más su halo fantasmal.

Musicalmente, McChurch Soundroom apuesta a una fórmula densa y ecléctica: un cruce entre la imaginería pastoral del folk británico y las pulsiones más viscerales del jazz fusión alemán. Este equilibrio inestable da lugar a una obra cargada de tensiones: flautas bucólicas emergen entre riffs de guitarra oscurecidos por el humo sabbathico, líneas de bajo que respiran blues germinal, y atmósferas donde conviven los espíritus de Jethro Tull, Gomorrah, Nosferatu y ciertos fantasmas prematuros del doom. Aunque algunos críticos han intentado ubicarlo dentro del krautrock, lo cierto es que Delusion no responde del todo a esa lógica ni a sus patrones de repetición hipnótica o experimentación abierta. Más bien parece un intento de fundir todos esos elementos en una alquimia sonora que da como resultado un hard prog temprano adornado de artilugios psicodélicos, con momentos de lirismo y agresividad perfectamente balanceados.

Una joya oscura, sí. Pero también una ventana sonora hacia un tiempo donde el género progresivo aún no tenía estatutos rígidos ni escuelas delimitadas. Un álbum cuya rareza física (el vinilo original es considerado un santo grial del coleccionismo europeo) está a la altura de su rareza estética.

III.  Impresiones personales: Entre el Humo y la Flauta

Volver a Delusion fue como abrir una caja de fotos en blanco y negro con olor a vinilo viejo. Apenas arrancó el primer tema, me sentí nuevamente ahí: frente al estéreo, con la luz cálida encendida, y el alma lista para ese tipo de viaje que solo se emprende con el corazón un poco roto y las ganas de escuchar algo más que música. La mezcla sonora es venenosa, como si hubieran destilado lo mejor del blues montañoso con alquimia centroeuropea. A cada momento aparecen quiebres, pausas extrañas, ideas que entran y salen como actores de una obra teatral psicodélica. Y sin embargo, todo fluye. La banda no inventa nada nuevo, pero ejecuta con un pulso místico que transforma el cliché en rito. En algún punto, dejé de analizar y empecé a recordar. Las notas me hablaban de mí, de aquel que empezaba a escarbar en disquerías buscando ese “algo más”, de aquel que creía que había discos mágicos esperando ser encontrados como grimorios. Y sí, Delusion es uno de ellos. Un hechizo en forma de LP, con flauta, riffs y esa constante sensación de estar escuchando a través del humo de otro tiempo.

No es un álbum perfecto, ni siquiera refinado. Pero tiene ese brillo rugoso de las piedras con historia. No alcanza la altura de los colosos, pero tampoco lo necesita. Está ahí, en su cueva, esperando al que se atreva a entrar. Hoy, más que nunca, Delusion ha sido recompensado con el estatus que merece: una pequeña joya oscura que supo ganarse el título de álbum de culto. Si alguna vez quieres escuchar cómo sonaba la frontera entre lo conocido y lo oculto... dale play con los cinco sentidos puestos. Hasta más vernos. 

Mini-datos:

  • Delusion fue editado en 1971 por el mítico sello Pilz.

  • La banda toma su nombre del flautista Sandy McChurch (Sandro Ciesa) y del cuarto de ensayo donde todo nació: The Soundroom.
  • Fue grabado con la asistencia técnica de Conny Plank, figura clave del krautrock.

  • Su mezcla de folk británico, jazz alemán, y psicodelia pesada, lo convierte en uno de los álbumes más misteriosos del primer Hard Prog europeo.

01. Delusion
02. Dream Of A Drummer
03. Time Is Flying
04. What Are You Doin’?
05. Trouble Part I
06. Trouble Part II

 CODIGO: C-36



Comentarios

  1. un disco muy interesante , nada aburrido , con buenos ritmos ,tocando varios palos , buen grupo polilla!!!

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  2. Saludos. Enhorabuena Fernando, es bueno saber que el álbum logro captar tu atención y te llevarte a un buen viaje. Gracias por comentar y enriquecer el blog. Suiza tiene mucho que ofrecer, su sonido es pura crema. Buenas vibras.

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  3. Alucinante vocal e instrumentos (Flauta y teclados)

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