Don "SugarCane" Harris - Fiddler On The Rock

Solid jazzfunk from Harris with a tad of bluesy soul added into the bargain. Beyond the almost hilariously funked up version of Eleanor Rigby there's no real stand out track but the solid grooves are irresistible, the rhythm sections are really high in the mix. The violin (or is it a fiddle) is frenetic and fantastic.

Great funk/jazz/fusion/rock from one of the most underrated musicians of the 1960's/'70's.

Cuerdas Ácidas en el Delta: El Violinista de la Tormenta

Las semillas del Electric Mud germinan para dar luz a las fusiones en el blues. En 1971, dos años después de aquel apoteósico álbum, Don "SugarCane" Harris se aventura con una obra monumental. Fiddler On The Rock es una escultura sonora maravillosa, donde las virtudes de "SugarCane" sobresalen y el violín se erige como base, soporte y eje central de un blues ácido fusionado con jazz. Pero ¡OJO!, esto va más allá de una simple mezcla de Blues & Jazz. Aquí encontramos un álbum verdaderamente camaleónico, con arreglos progresivos y destellos psicodélicos que lo convierten en una obra vibrante y versátil. Una propuesta inusitada que desborda creatividad y un espíritu ecléctico. El feeling se impregna en los surcos insolentes, y las ondas del violín generan un efecto hipnótico. La psicodelia hace lo suyo, y el ejemplo más claro de esta euforia es el cover de "Eleanor Rigby" de The Beatles: una pieza exótica en la que el violín desata su furia. El cover es DEMOLEDOR... y el álbum aún más.

Impresiones personales:

Mis impresiones son sumamente positivas. No hay puntos flacos aquí: este álbum tiene todo lo necesario para iniciar un buen viaje. No decae, mantiene un ritmo sólido y un feeling encendido. Uno de los aspectos que más valoro es la insurgencia del violín, que se acopla magistralmente al blues. Algo similar se vio en Tømrerclaus en 1978, aunque con enfoques distintos: mientras aquel se sumerge en densidades oscuras, Fiddler On The Rock es cálido y sentimental. Quizás menos ambicioso que su anterior trabajo, "Sugarcane", pero igualmente fascinante. Dentro de sus destellos mágicos encontramos una propuesta digna, donde la fusión de blues y jazz encaja perfectamente, otorgándole un peso contundente. La base instrumental es impecable, y el tono general cala hondo. En algunos momentos roza lo progresivo, aunque sin consolidarse completamente dentro del género; más bien podría definirse como un ente prog related. Saliéndome de las ramas un rato, puedo afirmar que este álbum es para mí una OBRA DE CULTO descomunal. Harris quizá no sea tan renombrado como otros "profesores maestros", pero ha sabido ganarse su lugar entre los grandes del blues. Obra fundamental y obligatoria para aquellos que consumen con deleite el Blues & Jazz. Hasta más vernos.

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