Drosselbart - Same

I've never been that impressed about this only LP by Drosselbart. The songs have German lyrics and the musical style of this album can be called as progressive krautrock with some hard rock elements here and there. The album is a pretty balanced package because none of these songs sucks but none of them stands out as a big highlight either. My personal favourite could still be "Engel des Todes" or "Folg Mir".

"Engel des Todes" is good. Otherwise this is like a low budget mix of Amon Düül II and Eulenspygel.

…Fue la primera banda punk en Alemania, porque en ese momento Amon Düül ya podía tener de ocho a diez acordes. Randl estaba afeitado y tenía algo así como botas militares…
krautrock-musikzirkus

El Retorno de los Cuervos del Bosque Eléctrico

Hay discos que se comportan como los gatos: misteriosos, sigilosos, y de vez en cuando, impredeciblemente encantadores. Drosselbart es uno de esos. Una pieza medio oculta en los anaqueles de lo olvidado, una joya alemana que no brilla con potencia cegadora, pero que, si uno la observa con atención, revela texturas, detalles y fulgores que se pierden en las primeras escuchas. No vino a cambiar la historia, pero sí a dejar su firma en una piedra secreta de la caverna progresiva. Aquí lo miramos desde dos frentes, como quien analiza una figura tallada en madera antigua: con distancia crítica… y cariño inevitable.

Parte I – Los Dardos del Encanto Inconcluso

Drosselbart pertenece al selecto grupo de álbumes que podrían haberse llamado “casi”. Casi brillante, casi innovador, casi revolucionario. Y sin embargo, ese casi le da su esencia. Se trata de una obra que se cocina a fuego medio en la olla del rock progresivo alemán, condimentada con especias del prog británico y algunas pizcas bien servidas de psicodelia, folk y experimentación kraut. Desde el primer acorde, el disco deja clara su postura: quiere sonar grande, ambicioso, teatral. Y por momentos lo logra. Las atmósferas oscuras, los cambios de ritmo que surgen como relámpagos, los coros femeninos y esas letras cantadas en alemán con solemnidad casi ritual… hay aquí una intención fuerte, una visión definida. El problema está en la ejecución: no todo el conjunto mantiene la tensión, y hay composiciones que se desinflan cuando deberían explotar.

La banda parece caminar por un bosque encantado, guiada por una linterna medio fundida. La dirección está, pero la luz no siempre alcanza. Eso sí, cuando la linterna brilla, lo hace con personalidad: hay temas que alcanzan un vuelo real, donde el oyente siente que está entrando en un mundo distinto, un collage sonoro sin brújula pero con magia.

Parte II – El Espejismo del Delirio Controlado

Lo que vuelve a Drosselbart una experiencia intrigante es justamente su inestabilidad: no es un disco seguro de sí mismo, y eso lo hace humano. Como esos pintores que no terminan de decidir si quieren ser realistas o abstractos, esta banda parece debatirse entre la estructura y el caos, entre la sobriedad y el desmadre. Y esa vacilación, lejos de ser un error, es parte de su encanto. Sí, es cierto que el álbum cae en lugares comunes y hasta coquetea con armonías pseudo-religiosas que no logran trascender, y que hay momentos donde el desarrollo se siente flojo o derivativo. Pero también es verdad que el sonido como conjunto —ese pastiche ecléctico que mezcla géneros sin vergüenza— le da un aire de libertad muy disfrutable. El disco no se traiciona: se planta como lo que es, una pieza curiosa, excéntrica, con una atmósfera que parece salida de un sueño húmedo de alguna secta progresiva bávara.

Al final del viaje, uno no puede evitar sentir un afecto particular por esta obra. Tal vez no se trata de un clásico mayor del movimiento alemán, pero tiene algo que lo hace digno de ser rescatado: su osadía tímida, su barroquismo contenido, su corazón desordenado. Es un álbum que pudo ser más, pero no quiso ser menos.

Veredicto final: 

Hay discos que nacen para volar alto, otros para arrastrarse en el lodo del olvido. Y hay algunos como Drosselbart, que se quedan suspendidos en el aire, como colgados de un hilo invisible entre la genialidad y la duda. Es una de esas joyas alemanas que uno agradece haber encontrado mientras hurga entre el polvo del vinilo y la penumbra de lo raro. No es perfecto, ni lo pretende. Pero tiene lo que necesita un álbum de culto: identidad, misterio y una chispa de locura. Hasta más vernos. 

Mini-dato:

• La banda lanzo 4 singles "Jemima / Du Bist Der Eine Weg" en 1970, y "An Einem Tag Im August / O'Driscoll" 1971. El sello Long Hair en el 2003 re-edita el álbum y trae de vuelta a modo de bonus los singles del 71. Un edición imperdible para los coleccionistas del sonido prog alemán.

01. Inferno
02. Jemima
03. Liebe ist nur ein Wort
04. Du bist der eine Weg
05. Engel des Todes
06. Böse Buben
07. Vater unser
08. Folg mir
09. Montag
10. Nach einer langen Nacht
11. Der Sommer (Inclusive Der Sturm)

CODIGO: I-32 

Anexo:

Eulenspygel - 2 

Más allá del bosque encantado de Drosselbart, la historia toma un giro urbano, crítico y mordaz con Eulenspygel – 2. Este disco —cuyo título desafía toda lógica numérica como buen gesto de rock ácido alemán— mezcla sátira social con instrumentaciones potentes, flautas disonantes y riffs como navajas afiladas. Hay en 2 una urgencia por decir lo que otros callan, como si Frank Zappa hubiera tomado mate con los gnomos del Rin.