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JAPON FREAK: Strawberry Path - When The Raven Has Come To The Earth

Energetic Hendrix-inspired rock with a bit of Procul Harum style keyboard.  Comparisons could be made to the Italian band Garybaldi.  Granted, there's not much original here, but the crunchy guitar tone and wasted vocals are great.  Plus, the teary ballad "Mary Jane on My Mind" will remind you of the heartache when all the dealers in your town have suddenly gone dry.

the perfect balance of psych and prog rock (with the psych dominant) tinged with a distinctive japanese 'tenderness', if that makes sense. The musicians involved went on to form Flied Egg whose albums are more proggy and have a softer sound. Two 'epic' instrumentals in The Second Fate and the title track which have similarities to the Moody Blues cosmic songs, this is highly recommended to fans of strange psychedelic rock.

exceptional funky heavy psych in a vine of Hendrix and Human Instinct. not as bad as Cope has written in his book and not as essential as some people tend to call it.

Seminal del caos: el cuervo abre las alas

Hay discos que aparecen como meteoritos: nadie los espera, nadie los entiende del todo, y cuando caen dejan un cráter que huele a pólvora, incienso barato y sueños psicodélicos mal dormidos. When The Raven Has Come To The Earth, esa criatura salvaje salida del Japón en 1971, es uno de esos artefactos. Una obra que muchos veneran como escritura sagrada del hard rock oriental y que, honestamente, yo no sé si llamar bomba o espejismo. Quizás ambas.

La primera vez que lo escuché hace más de diez años me explotó en la cabeza: riffs asesinos, actitud de bar de mala muerte y una vibra que parecía gritar: “¡aquí estamos, joder!”. Hoy, con los oídos algo oxidados y la paciencia menos inocente, la cosa se siente distinta. Hay potencia, sí, pero también tropiezos, vacilaciones y pretensiones que no siempre llegan a puerto. Pecados de guerra, que diría cualquier veterano del vinilo. Pero aún así, seguimos vivos, y seguimos hablando de él. Porque ojo: este disco tiene filo, tiene uñas y no le tiembla el pulso. Los riffs están ahí, clavados como cuchillas; los teclados Hammond hierven como si Jon Lord hubiera mandado a su primo japonés a prender fuego al estudio (escucha Leave Me Woman y dime que no suena a Deep Purple en pleno esplendor MK II). Y entre tanto guitarreo y salvajismo aparecen ráfagas de aire progresivo que no llegan a cristalizar, pero dejan la pista marcada para lo que vendría después. Un guiño, un destello, un “todavía no, pero espera sentado”.

El sonido es un ventarrón heavy condimentado con blues espeso, psicodelia de vena dura y un par de trucos progresivos para adornar la receta. Por momentos se siente como un caldero donde conviven Hendrix, Sabbath, Purple y hasta los Groundhogs, con pequeñas astillas de Beatles y Taste flotando en el brebaje. Nada mal para un álbum salido del 71, época en que las bandas querían devorarse el mundo sin mirar si el monstruo les cabía en el estómago.

¿Problemas? Claro que sí, los hay y no se pueden maquillar. El ácido a veces se vuelve chillón, hay cortes que no pegan ni con engrudo escolar, y más de un pasaje se siente forzado, como si la banda quisiera correr antes de aprender a caminar. La intención es feroz, pero el concepto a veces se diluye. Y sin embargo, ahí está la magia: ese desorden, esa energía a medio domar, esa actitud que engancha aunque te deje medio sordo.

En resumen: When The Raven Has Come To The Earth es un álbum que sangra juventud, exceso y hambre. No es perfecto, ni falta que le hace. Es ruidoso, cañero, áspero y lleno de cicatrices. Un objeto de culto, sin duda, aunque te haga dudar si lo amas o lo sufres. Pero como todo lo que merece la pena en este mundo, es un disco que se queda rondando en tu cabeza, como un cuervo que nunca termina de marcharse.

Mini-datos:

  • La portada perdida: se cuenta que el arte gráfico original del disco nunca llegó a ver la luz completa porque la disquera consideró que era “demasiado oscuro” para el mercado japonés de la época. Rumores dicen que incluía ilustraciones de un cuervo devorando símbolos religiosos. La censura ya apuntaba sus garras.

  • Un vuelo accidentado: durante la grabación, el guitarrista se obsesionó con clavar un solo de guitarra en una sola toma. Tras más de 20 intentos, se encerró a solas en el estudio, apagó las luces y lo grabó casi a oscuras. Lo lograron incluir en la mezcla final, pero nadie supo nunca cuál de esas tomas terminó en el disco.

  • Influencias importadas: muchos de los vinilos de Hendrix, Sabbath y Purple que influyeron en el sonido de When The Raven Has Come To The Earth llegaron al país vía soldados estadounidenses estacionados en bases japonesas. El contrabando musical funcionó como semilla directa del hard rock nipón.

  • Culto retroactivo: en su momento, el disco apenas circuló fuera de Japón, pero con la fiebre del coleccionismo en los 90 y 2000, una copia original pasó a venderse a precios astronómicos en ferias europeas de vinilo, convirtiéndolo en objeto de culto underground.

  • Seminal hacia Flied Egg: Como ya dijimos, este álbum es un verdadero seminal, porque de las cenizas de la banda nacerá Flied Egg, ese grupo nipón de hard prog cargado de influencias de Uriah Heep, Deep Purple y hasta destellos de Emerson, Lake & Palmer. La movida fue autogestionada por los músicos, quienes canalizaron las intenciones progresivas que en este disco apenas asomaban. ¿El resultado? Nada menos que el legendario y descomunal “Dr. Siegel's Fried Egg Shooting Machine”, otro santo grial del culto japonés.

01. I Gotta See My Gypsy Woman
02. Woman Called Yellow "Z"
03. Second Fate
04. Five More Pennies
05. Maximum Speed Of Moji Bird
06. Leave Me Woman
07. Mary Janes On My Mind
08. Spherical Illusion
09. When The Raven Has Come To The Earth

CODIGO: F-20



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