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Status Quo - Ma Kelly’s Greasy Spoon


I've never thought that they could have been so bluesy...

After this last trash album, here comes a really cool blues rock one. Nothing world changing but still fun.

Los Quo se ensucian las manos con grasa de motor y dejan atrás el brillo del pop para abrir las puertas del infierno boogie.

Entre la psicodelia y la grasa: Los Quo reinventan el boogie

Hay discos que no nacen: se despiertan. Y Ma Kelly’s Greasy Spoon es exactamente eso: el despertar de una bestia que llevaba años dormida bajo la alfombra color pastel del pop sesentero. Status Quo se quitó el traje de fiesta, tiró las flores psicodélicas al suelo y se metió al taller grasiento donde nacen los riffs con olor a gasolina.

Estamos ante un álbum de transición, sí… pero una transición con ruido, con sudor y con electricidad estática en los dientes. En estos surcos se escucha el sonido de un grupo que se está endureciendo, que abandona el tornasolado Ice in the Sun para clavar los dientes en un blues mugriento como Spinning Wheel Blues. Dos años separan ambos mundos, pero parecen dos vidas. Esto ya no es el pop dulzón de la vieja Inglaterra: esto suena a taberna, a cerveza tibia, a pantalones acampanados llenos de polvo y a motores rugiendo en la autopista A1.

El disco arranca como un aviso: “ya no somos los mismos”. Los Quo empiezan a moldear ese sonido crudo, insistente, hipnótico, que más tarde se convertiría en su bandera: el Boogie Rock. Claro, aún hay un dejo de psicodelia por ahí, un par de sombras del pasado flotando en el aire, pero la esencia ya cambió. Este álbum es la frontera entre la ingenuidad y la rudeza; entre los días de flores y los días de cuero. Musicalmente, Ma Kelly’s Greasy Spoon tiene algo de magia imperfecta: riffs afilados que chocan como trenes, un bajo que no deja respirar, y una batería que golpea con el ritmo de un martillo neumático. El resultado es un rock de carretera, sucio y directo, sin trucos de estudio ni arreglos sofisticados. Y ahí está su belleza: en esa frescura brutal, en esa sensación de que algo se está gestando pero aún no ha explotado.

Hay momentos en que la banda parece tantear su propio destino —como si probaran un veneno que aún no saben si los matará o los volverá inmortales—. Y aunque el disco todavía suena “verde”, uno ya puede sentir que detrás de esas notas se está formando una identidad nueva, más fuerte, más peligrosa. Es el preludio del rugido definitivo que llegaría con Dog of Two Head (1971), ese álbum que consolidaría la mutación total: el nacimiento del cuarteto del boogie perpetuo, la era de los Quo duros, eléctricos, psicodélicos y callejeros.

En Ma Kelly’s Greasy Spoon hay boogie, hay blues, hay rock and roll y hay actitud. No hay trampa ni cartón. Solo una banda encontrando su alma, cocinando su propio destino a fuego lento. Y aunque el resultado aún transpira juventud e inseguridad, lo que se siente aquí es puro deseo de libertad, una pulsión que huele a gasolina y suena como una revolución en marcha.

Así que si escuchas este disco, no esperes precisión, espera chispa.
No busques perfección: busca espíritu.
Este es el disco donde los Quo dejaron de ser unos chicos de melodías y se convirtieron en una pandilla de riffs.
Y en ese tránsito —en esa mugre sonora que cubre cada canción— se esconde su mayor virtud.
Porque Ma Kelly’s Greasy Spoon no solo es el comienzo de una nueva etapa: es el grito primitivo de los nuevos tiempos duros y violentos.

Mini-datos:

  • La portada que decía “ya no somos los príncipes del pop”: La cara de Ma Kelly —la mujer con rostro curtido, mirada adusta y sin pretensiones— no fue elegida al azar. Querían demostrar al mundo: “el Status Quo prolijo se ha ido”. Esa tapa mastica de carretera con grasa y testosterona urbana fue diseñada justo para eso.

  • Bob Young, creador del título y copiloto en rutas borrosas: ¿Sabías que Bob Young, amigo cercano y roadie no-oficial, fue quien puso nombre al álbum Ma Kelly’s Greasy Spoon? También participó como colaborador en las letras/armonías en canciones como Spinning Wheel Blues ─con lo que su huella en esta obra fue más que de soporte escénico.

  • Incertidumbre sobre los singles: “Shy Fly” pudo serlo: En las pláticas internas se barajó que “Shy Fly” se editara como single. Finalmente no lo fue. Imagínate: esa canción podría haber sido la cara visible del álbum ante la radio, cambiando quizá la percepción del público en ese instante. Pero optaron por otros caminos.

  • Roy Lynes: el último álbum con él y un amor de carretera que lo cambió todo: Ma Kelly’s Greasy Spoon fue el último disco de estudio de Status Quo que incluyó a Roy Lynes como miembro activo. Poco después se alejaba. ¿La razón? En una de esas muchas rutas de gira vio a una mujer en una estación de servicio, se enamoró casi al instante, y decidió bajarse del tren en Stoke-on-Trent… rumbo a otra vida. Luego vivió años en Australia, aún casado con aquella mujer. Y sí: en una ironía deliciosa, terminó tocando a veces en bandas tributo de los Quo.

  • Esta es la última producción con el teclista Roy Lynes, abandonaría la banda a fines del mismo año.

01. Spinning Wheel Blues
02. Daughter
03. Everything
04. Shy Fly
10. Is it Really Me?/Gotta Go Home

CODIGO: B-20


Comentarios

  1. Ejemplo claro del espíritu innovador del quinquenio 68-72, momento que dejó la mayor cantidad de propuestas novedosas en la historia del rock. Gran álbum.

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    Respuestas
    1. Sin duda mi estimado. Fue una etapa bastante enriquecedora, sobretodo por el auge del rock progresivo.

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