Fred - Same
Fred: un pequeño tesoro en el mapa del culto
Álbum que recopila las grabaciones de la banda FRED entre los años 1971 y 1972. Por lo tanto, estamos ante un documento sonoro valioso que registra la vida y obra de una agrupación norteamericana efímera, que abrazó tanto el progresismo como la experiencia psicodélica de su tiempo. Este material ofrece una propuesta rica en matices: se erige bajo una cierta opulencia progresiva, aunque sin declararse de lleno como tal. Más bien, refleja un tránsito constante: un abanico de estilos que revela la evolución y las inclinaciones musicales de la banda. Intentar encasillarlos en un solo género es complicado, porque FRED fue, sobre todo, una agrupación ecléctica. En sus registros encontramos progresismo por un lado, folk por el otro, y en el centro una clara influencia del sonido de la Costa Oeste.
El resultado es un collage sonoro sorprendente: piezas de folk prog
teñidas de psicodelia, vibraciones de folk ácido, canciones que dialogan con la
luminosidad californiana y otras que se inclinan hacia la complejidad
progresiva. La experiencia que brinda este álbum es variada y sugestiva, nunca
se atasca en la pesadez ni en la melosidad innecesaria. Es música seria,
elegante y versátil, ejecutada con entrega palpable en cada surco. A pesar de
haber surgido en un contexto fragmentado y con recursos limitados, FRED mostró
un nivel profesional notable. Su sonido revelaba una dirección clara hacia un
horizonte progresivo, aunque siempre abierto a la exploración. Con el tiempo,
este material se convirtió en un testimonio de culto, una fotografía sonora que
documenta lo que pudo haber sido una trayectoria mayor dentro del mapa del rock
estadounidense.
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arte interior del acetato donde se aprecia a la banda |
Impresiones Personales: cuando el folk prog soñaba con alas psicodélicas
Mis impresiones con FRED están divididas: me inclino más por sus pasajes de early folk prog que por el dulce ácido de la Costa Oeste. Ojo, ambas caras de la moneda tienen lo suyo y no son nada despreciables. Pero ya saben el dicho: “para gustos y colores no han escrito los autores”… aunque hay gustos que merecen palos, jejeje. Pero dejemos ese pleito para otro día.
Volviendo a FRED, debo decir que este álbum merece reconocimiento y, sobre todo, una oportunidad. El disco tiene muchas virtudes: una base instrumental exquisita, arreglos finos y, sobre todo, un violín que en varias piezas se vuelve sustancioso y vital. Ahí está, por ejemplo, A Love Song: un canto poético al folk prog de tinte ácido. Otro mérito es su delicada fijación progresiva, que se mezcla con influencias de la Costa Oeste y le da un aire de semi-opulencia, siempre bajo la mirada vanguardista de una época convulsa. En canciones como Windwords se siente con claridad la transición: un pie todavía en el rock psicodélico, y el otro dando ya el salto al progresivo.
FRED es, al final, una vasta exploración sonora: una propuesta en plena
gestación, un movimiento efervescente que poco a poco se fue diluyendo.
Afortunadamente, el sello World in Sound rescató estos registros (1971–74) y
nos permitió escucharlos como un documento vivo de esa mutación musical. En
fin, un álbum más que recomendable para quienes disfrutan del folk prog, las
progresiones envolventes, los violines entregados y las propuestas eclécticas. Y
en lo personal, debo confesar algo: este es un disco al que le tengo mucho
cariño. Me evoca imágenes de esa época de exploración total. Lo compré casi a
regañadientes —la portada me tiraba para atrás, me hacía pensar que sería otra
de esas bandas “fresonas” de folk rock—. Pero la sorpresa fue mayúscula: FRED
sonaba serio, elegante, nada complaciente. Una compra que terminó siendo un
hallazgo, aunque durante el camino a casa yo iba renegando, convencido de haber
tirado el dinero. Al final, fue justo al revés: encontré un disco que me acompaña
hasta hoy, un pequeño tesoro que demuestra que a veces las portadas mienten… y
la música revela su verdad. Hasta más vernos.
- La banda está formado a partir de un grupo de estudiantes de la Universidad de Bucknell Pensilvania. Después de la universidad, el grupo vivió una existencia comunitaria mientras continuaba trabajando con la banda, grabando esporádicamente y actuando en vivo en lugares regionales.
- La banda se disolvió en 1974, pero el descubrimiento de su música a principios del siglo XXI llevó al lanzamiento de sus registros oficiales en un combo constituido por 2 “álbumes” en estudio ( Fred y Notes on a Picnic) y uno en vivo (Live at the Bitter End)
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