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Japón Freak: Flied Egg - Dr. Siegel's Fried Egg Shooting Machine


Heavy rock with a sense of humor and a keen ear for melody. You can probably gauge your reaction to the album by how well you respond to the cover. Personally, I prefer the follow-up.

Great progressive rock with a nice dollop of hard rock ala Uriah Heep. I'm tempted to give this a 4.5 if only for the album closer whose lyrics are just beautiful, I suspect a lot of people didn't catch everything due to the heavy accent

Flied Egg y Los Sueños Eléctricos del Dr. Siegel

Atención: lo que estás a punto de leer puede provocar efectos secundarios como hambre de omelette psicodélico, ganas repentinas de hablar japonés con acento progresivo o, en casos extremos, el deseo inexplicable de construir una máquina lanza-huevos en honor a un tal Dr. Siegel. Porque sí, hay discos que desafían la lógica, y luego está Dr. Siegel’s Fried Egg Shooting Machine, un álbum que parece el resultado de un experimento clandestino entre científicos locos, tecladistas con resaca de Moog, y un chef que olvidó que los huevos no vuelan.

¿Es rock progresivo?, ¿Es una sátira musical envuelta en papel de arroz cósmico?, ¿Es simplemente Japón haciendo lo que mejor sabe hacer cuando nadie lo está mirando? Quién sabe. Pero una cosa es segura: si entras a este álbum esperando orden y sensatez, vas a salir con la melena erizada y los calcetines flotando en otra dimensión. Así que ajusta tu diadema de papel de aluminio, prendé una lámpara de lava, y seguime en este viaje alucinante por una de esas rarezas que solo pueden existir en los rincones más deliciosamente torcidos del rock setentero.

Impresiones Personales: Dr. Siegel y la Máquina de los Sonidos Fritos

Siempre lo he creído: Japón no imita, interpreta. No copia, transforma. En el terreno del rock, eso significa una sola cosa: "desmadre elegante". Cada vez que me asomo a un álbum nipón de los 70, sé que lo que me espera no es solo música, es una especie de ceremonia excéntrica donde lo progresivo se viste de kimono y lo psicodélico se sirve con sake. Y esta noche —con la luna torcida como platillo de batería mal golpeado— vuelvo a poner en la bandeja uno de esos discos que me acompaña desde hace años: Dr. Siegel’s Fried Egg Shooting Machine. Sí, el nombre ya lo dice todo. Esto no es para oídos en ayunas.

Flied Egg no era exactamente una banda "freak", pero lo suyo rozaba lo teatral, lo juguetón, lo delirante. Este disco en particular no cruza la frontera de lo bizarro, pero sí nos lleva hasta su orilla, con los pies descalzos en un charco de Hammond y distorsión dulce. Canciones como "Dr. Siegel’s Fried Egg Shooting Machine" o "Plastic Fantasy" logran ese equilibrio raro entre el cachondeo y la precisión progresiva. Como si Deep Purple y Uriah Heep se hubieran ido de mochileros por Shinjuku, cargando sintetizadores y unos cuantos vinilos de ELP. Pero no quiero hacerle autopsia al sonido. Quiero hablar de cómo se siente:

La portada —ese caos onírico con aires de caricatura lisérgica— te da la bienvenida a un disco que no se toma del todo en serio, pero tampoco se ríe de sí mismo. Tiene corazón, tiene juego, tiene técnica. Y sobre todo, tiene personalidad. Ese es su gran truco: sonar directo, versátil y con esa peculiar elegancia sin pretensión que solo el buen rock japonés puede ofrecer. Hay momentos donde el viaje se torna casi sinfónico, y otros donde parece que todo va a desbarrancarse en una montaña rusa de efectos y líneas de bajo que vibran como si el Monte Fuji estuviera rugiendo. ¿El mejor ejemplo? "Oke-Kus", el tema más surrealista del álbum: una ráfaga de sonidos electrónicos que coquetean con lo grotesco y lo celestial al mismo tiempo. Una verdadera muestra de cómo el caos puede ser hermoso si lo sabes tocar. Este no es un disco que cambia el mundo. Pero sí uno que transforma la habitación donde suena Y eso ya es mucho.

No, no encontrarán aquí experimentaciones dementes ni estructuras imposibles. Pero sí una obra redonda, carismática, llena de detalles y con un carácter muy suyo. Un discazo, de esos que se quedan en el estante favorito, junto a los discos que uno no presta. Porque hay discos que se escuchan...Y hay otros que se viven. Este, querido lector, se vive. Y vaya si se disfruta. Hasta más vernos.

Mini-datos:

  • Huevos que salieron de Strawberry Path: Flied Egg nació de las cenizas de Strawberry Path, una banda japonesa de hard rock psicodélico. Dos de sus miembros, el guitarrista Shigeru Narumo y el baterista Hiro Tsunoda, formaron Flied Egg con el deseo explícito de llevar la psicodelia a un terreno más progresivo... y más travieso.

  • El nombre mal escrito es a propósito: “Flied Egg” es un engrishismo intencional. En vez de “Fried Egg”, los miembros decidieron conservar ese “error” como un guiño humorístico y surrealista, en línea con el estilo de la banda. Una especie de rebelión lingüística vestida de desayuno.

  • Una rareza con padrino ilustre: El disco fue editado por Vertigo Records Japón, el mismo sello que albergó bandas como Black Sabbath y Gentle Giant. Su inclusión ahí convirtió al álbum en una codiciada pieza para coleccionistas, sobre todo por la portada delirante y la escasez de copias originales.

  • Fin prematuro, culto eterno: A pesar de lo prometedor del álbum, Flied Egg solo grabó dos discos antes de disolverse en 1973. Sin embargo, el grupo ha sido redescubierto por coleccionistas europeos y latinos del underground setentero, elevando este álbum al estatus de “culto oculto”.

  • La banda esta formada por: Shigeru Narumo (guitarra, teclados), Hiro Tsunoda (batería, voz) y Masayoshi Takanaka (bajo)

  • El arte de la portada va de parte Tamio Kageyama.

01. Dr.Siegel`S Fried Egg Shooting Machine
02. Rolling Down The Broadway
03. I Love You
04. Burning Fever
05. Plastic Fantasy
06. 15 Seconds Of Schizophrenic Sabbath
07. I`M Gonna See My Baby Tonight
08. Oke-Kus
09. Someday
10. Guide Me To The Quietness

CODIGO: A-2





Anexo:

Birth Control – Operation 

¿Te voló la tapa la ametralladora de yemas de Flied Egg? Entonces metete en Operation, donde el prog rock alemán se pone guantes quirúrgicos y te abre el cráneo sin anestesia. Humor corrosivo, teclados desquiciados y bisturí sónico directo al lóbulo temporal. Pasá al quirófano de Birth Control.


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