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Beefeaters - Meet you There


This second Beefeaters album is just about as good as it's S/T predecessor. This time the material is even more blues rock oriented and most of the time these songs do their job very well. There are some psychedelic and jazzy elements on this record but like I said it's still mostly a blues rock album from the start to the finish.

A great low-key Danish blues-album. Who'd have thought. If you've got it on vinyl, side 1 is just about flawless.

Meet You There: Susurros daneses entre teclas y humo azul

En medio del sacudón cultural que fue la segunda mitad de los 60, mientras Londres ardía en minifaldas, sitares y modismos psicodélicos, algo chispeaba más al norte: Dinamarca, ese país más conocido por cuentos de hadas, cerveza negra y vikingos que por rock, tenía algo que decir… y lo dijo con Fuzz.

Los Beefeaters, una banda danesa formada en 1963, no solo fueron pioneros del beat y la psicodelia escandinava, sino que también sirvieron como puente entre la invasión británica y la contracultura nórdica. Su sonido tiene esa mezcla peligrosa: guitarras con delay líquido, órganos Farfisa espolvoreados con polvo lunar y una vibra de sótano donde los sueños suenan como ecos eléctricos El álbum "Meet You There" (aunque más un recopilatorio de sencillos y rarezas que un LP oficial), se convirtió con el tiempo en una de esas piezas que los coleccionistas veneran con susurros, como si al hablar muy alto el vinilo se desintegrara. Su mezcla de garage, blues y psicodelia temprana le da ese sabor hippie, crudo, visceral, que parece grabado en una noche de niebla espesa y café con LSD.

En ese entonces, Dinamarca comenzaba a ser un nodo subterráneo de la psicodelia europea. La comuna de Christiania aún no existía (nacería en los 70), pero el espíritu ya germinaba en clubes como el Klub 47, donde bandas como Beefeaters abrían para visitantes británicos y se fumaban la electricidad con estilo. Eran los hijos bastardos de los Animals, los Pretty Things y los Yardbirds, pero con un acento nórdico y un groove bien propio.

Impresiones personales: Notas que no raspan, pero calientan

A veces, los discos no llegan como un relámpago, sino como un vapor que se cuela bajo la puerta. Así fue “Meet You There”, un álbum que no grita, no exige, pero se instala suave como un invitado elegante que sabe a qué vino. Lo puse sin demasiadas expectativas una tarde de neblina cálida y, sin darme cuenta, el hammond ya estaba conversando conmigo en un idioma que no conocía, pero entendía.

No hay fuegos artificiales ni delirios cósmicos. No hay trajes plateados ni paredes que se derriten. Lo que hay es madurez, esa palabra que no siempre suena sexy en la contracultura, pero que aquí se viste con blues, jazz y una sobriedad que no teme ser encantadora. Es como si la banda hubiera dicho: “Podemos ser sofisticados, sí, pero sin perder esa aspereza que nos hizo músicos”. El hammond… ¡ay, el hammond! Aquí no acompaña: dicta el tono, traza el mapa y a veces hasta respira por mí. Lo siguen las flautas, que no se roban la escena pero le dan perfume, como esas notas de incienso que se quedan flotando después de una sesión. La guitarra no muerde, pero acaricia con los dedos manchados de humo y blues. Y cuando todo eso se junta, lo que escuchás no es sólo una canción: es una arquitectura sonora en equilibrio.

Este disco tiene clase, pero también músculo. Camina firme, con zapatos de charol que pisan charcos. Es un blues que aprendió a leer a Coltrane y a mirar el cielo sin despeinarse. Hay momentos en que uno casi escucha a los Beefeaters guiñándole el ojo al futuro, con estructuras que coquetean con lo progresivo, como si de tanto experimentar hubieran abierto accidentalmente una puerta al mañana. Lo sentí como un brindis tranquilo en una barra de madera vieja, en un club danés que ya no existe. Y mientras sonaba “Now I Know”, me pareció oír —muy bajito— el aplauso de Alexis Korner, que alguna vez se subió con ellos al escenario y dejó su huella como un tatuaje invisible. Este disco no quiere comerse el mundo. Solo quiere encontrar al que esté dispuesto a escucharlo con atención, con devoción, con auriculares y una copa de vino tinto. Y si sus eres de esos, entonces… sí. Nos encontramos ahí. Hasta más vernos.

Mini-datos:

  • Un bluesman en tierras vikingas: En 1968, mientras los Beefeaters preparaban Meet You There, recibieron la visita del legendario Alexis Korner, uno de los padres fundadores del blues británico. Korner no solo se sumó como guitarrista invitado en dos canciones del disco, sino que acabó llevándose al vocalista Peter Thorup a Inglaterra. Juntos formarían las bandas New Church, C.C.S. y Snape. Este encuentro cambió el rumbo de ambos músicos y dejó huella en la historia del blues europeo.

  • Copenhague, ciudad de paso... y de clubs brumosos: Beefeaters se codearon con la crema psicodélica de los 60: abrieron conciertos para The Kinks y The Pretty Things, dos instituciones británicas del sonido garajero y mod. Esta conexión les permitió ampliar su panorama musical y Meet You There refleja esa madurez cosmopolita. Copenhague en esa época era un crisol subterráneo, donde el humo del jazz flotaba con perfume de hash y retazos de folk ácido.

  • El hammond que aprendió a hablar danés: El alma del disco, ese sonido envolvente y místico del órgano Hammond, lo trajo Morten Kjaerumgaard, un tecladista que no tenía la fama, pero sí la sensibilidad de un pianista de club con corazón de bluesman. Su estilo cauteloso pero emotivo elevó a los Beefeaters a nuevas alturas, transformando lo que pudo haber sido un simple disco de blues-rock en una joya sutil de jazz-blues europeo con alma progresiva.

01.I'll Meet You There
02.You Changed My Way Of Living
03.Night Train
04.Now I Know
05.Serenade To A Cuckoo
06.Stormy Monday
 

CODIGO: E-40



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