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Peter Banks - Two Sides of Peter Banks


Peter Banks, the guy to forever be remembered as the person to quit Yes right before they burst into superstardom. He did go on to form the band Flash though and truthfully, I like them just as much, maybe more than Yes. This album, at its best follows a similar hard prog route with Jan Akkerman of Focus adding second guitar, Phil Collins and even Steve Hackett on board. This doesn't really seem worth the big paychecks as it sounds like a not as good Flash album. The whole "Knights" section though is pretty good, and you get a cool jam in "Stop That!". Not bad.

Peter Banks holds back nothing to prove his worth as a guitarist. Aided by Jan Akkerman, Steve Hackett, and Phil Collins, among others, Banks' improvised set never bores or stultifies. Only a lack of a more formal approach to some songs hurts this album, as all the jams, while good, tend to merge into a whole that is less than the parts. Still, a worthwhile reminder that Pete Banks deserves better than he got.

Hasta el Último Arpegio: Las Dos Caras de un Héroe Inadvertido

Hay discos que no nacen para las vitrinas ni para la gloria del Top 40. Hay discos que parecen mensajes embotellados arrojados por un náufrago sonoro al océano del tiempo. Este es uno de ellos. Two Sides of Peter Banks no es un álbum, es una bifurcación. Un espejo roto que, en lugar de reflejar, multiplica: aquí está la guitarra que una vez fundó Yes, pero ya sin correa ni partitura. Aquí está Banks en trance, rodeado de espíritus afines que no tocan, sino que conversan, giran, se elevan. Grabado en 1973, pero flotando fuera de calendario, este disco es una suerte de jam session dirigida por un médium progresivo. Y sin embargo, lo que en otros suena a virtuosismo vacío, aquí es un despliegue honesto: Banks no busca deslumbrar, busca respirar. Y en cada respiración, algo se revela.

Antes fue Time and a Word, donde su guitarra flotaba entre arreglos orquestales y sueños de grandeza coral. Pero aquí, en este cruce de caminos, el Peter Banks solista aparece en carne viva: libre, ecléctico, voraz.

Las Sesiones Fantasma de Peter Banks

Se dice que fue un invierno templado en Londres cuando Peter Banks, ya libre de Yes y dejando atrás los restos humeantes de Flash, entró a los estudios Advision con una idea vaga en la cabeza y un ejército de amigos con talento de sobra. No había plan maestro, ni bocetos detallados. Sólo un deseo casi tribal: grabar lo que saliera, sentir la música en tiempo real.

El estudio no fue una cuna; fue un laboratorio. Las paredes de madera vibraban con cada conversación instrumental entre guitarras que se cruzaban como cometas, baterías que marcaban órbitas propias, y flautas que entraban como si fueran viento. Banks no dirigía, proponía. No lideraba, invitaba.

Una tarde, mientras ajustaban niveles, Phil Collins —que aún no soñaba con “In the Air Tonight” ni con liderar Genesis— se puso a improvisar una base rítmica con Steve Hackett. Banks, sonriendo como quien ve abrirse un portal, entró con un riff limpio, cristalino. Fue una toma casi accidental... y terminó siendo una de las piezas centrales del disco. “Knights”, la llamaron. Caballeros sin armadura, sí, pero con guitarras afiladas. 

Peter solía decir que el estudio se transformaba en algo distinto cada noche. Como si cada músico trajera un pedazo de universo. Él sólo era el anfitrión, un médium entre notas. Por eso el disco no suena a líder y acompañantes, sino a diálogo entre iguales, a jam que respira.

Y quizá por eso Two Sides of Peter Banks suena como suena: imperfecto, impredecible, hipnótico. Como esas conversaciones que no se planifican pero te cambian la noche.

Impresiones Personales: No Era un Álbum, Era una Visión

El ex guitarrista de Yes se lanza en solitario en 1973 con Two Sides of Peter Banks, un álbum que, con cierta ironía, hace alusión tanto a las dos caras de un vinilo como a las dos facetas de su propia personalidad musical. El resultado es una obra ecléctica, rica en matices, donde Banks se luce sin pretensiones, desplegando su versatilidad con naturalidad y fuego contenido. A lo largo del disco, nos guía por pasajes que oscilan entre la suavidad progresiva y momentos de tensión rockera que despiertan con fuerza —“ojo”, que cuando aprieta, aprieta de verdad. Es un trabajo que no busca epatar, sino compartir; y en ese equilibrio, se siente honesto y poderoso. En fin, un disco esencial para cualquier amante del rock progresivo... y una joya inevitable para quien admire el genio inquieto de Peter Banks. A veces, los grandes pioneros no hacen ruido. No llevan capas, ni títulos rimbombantes. Solo dejan una huella tenue, casi invisible, que el tiempo se empeña en cubrir con hojas secas.Peter Banks fue uno de ellos. El primero en abrir la puerta, pero también el primero en salir por ella. Y sin embargo, ahí está: grabado en los surcos de Two Sides, no como sombra de lo que fue, sino como un destello libre de todo corsé. Un músico que prefirió el riesgo a la fórmula, y que se atrevió a mostrar sus dos lados sin pedir permiso.

Hay discos que brillan en oro.
Y hay discos que brillan en silencio.
Este… es de los segundos.

Hasta más vernos.

Mini-datos:

  • El Prog Avengers: Peter Banks armó su propio supergrupo para este disco. En la nómina figuran: Steve Hackett (recién ingresado a Genesis), Phil Collins (todavía sin sospechar que sería frontman), John Wetton (King Crimson) y los miembros de Focus Jan Akkerman y Thijs van Leer. ¡Una auténtica orgía prog de seis cuerdas, flautas y baterías hiperactivas!

  • Ensayo grabado con aura de álbum: Según el propio Banks, el disco fue ensayado y grabado casi al mismo tiempo, sin mayor preproducción. Lo que se escucha es, en muchos pasajes, una jam real capturada en cinta, lo que le da ese sabor tan orgánico, a veces caótico, otras veces profundamente hipnótico.

  • ¡Casi sin overdubs!: A diferencia de los excesos de producción del prog setentero, aquí Banks rehuyó los overdubs y efectos artificiales. Lo suyo era más bien capturar la interacción real entre músicos. El resultado: un disco que suena más a sesión íntima que a obra barroca.

  • Dos lados, literalmente: El concepto del disco es reflejado también en su estructura: el lado A es más melódico y contemplativo, mientras que el lado B se lanza al freeform, al jazz rock y a la experimentación. Como si Banks nos dijera: “¿Querés ver mis dos caras? Agarrate.

01. Visions Of The King
02. The White House Vale
a. On The Hill
b. Lord Of The Dragon
03. Knights a. The Falcon b. The Bear
04. Battles
05. Knights (Reprise)
06. Last Eclipse
07. Beyond The Loneliest Sea
08. Stop That!
09. Get Out Of My Fridge

CODIGO: F-26


Anexo:

Yes - Time and a Word

Peter Banks tocó en Time and a Word como quien sabe que se está quedando sin espacio. Mientras su guitarra luchaba por hacerse oír entre los arreglos orquestales, en el fondo ya se perfilaba la separación. La banda firmaba con sinfonía lo que era, en realidad, una ruptura. Escuchado desde Two Sides of Peter Banks, ese disco cobra otro color. El joven guitarrista que fue desplazado por una orquesta se transformaría en un arquitecto de mundos propios, un explorador sin mapa que prefirió el riesgo a la comodidad. En retrospectiva, Time and a Word es su última palabra dentro del universo Yes... pero también el primer eco de todo lo que construiría por su cuenta.


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