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Salem Mass - Witch Burning

Witch Burning is solid as hell…

 Four words to sum up the album: Fun, catchy, occult, prog.

 El Aquelarre del Moog: Ecos de un Ritual Perdido

A inicios de los 70, el rock estaba en plena metamorfosis. El blues ácido de los 60 daba paso a terrenos más densos, oscuros y pesados. Bandas como Black Sabbath, Deep Purple y Uriah Heep comenzaban a definir los cimientos del heavy metal, mientras que la psicodelia mutaba en progresivo y el garage rock se endurecía.

En este panorama surge Salem Mass, una banda proveniente de Oregón, un rincón apartado de la gran escena musical, pero con una visión sonora única. El nombre de la banda ya evocaba imágenes de hogueras y procesos inquisitoriales, pero lo que realmente los hizo destacar fue su uso del sintetizador Moog en un contexto de rock pesado. El Moog modular, hasta ese momento, era un instrumento casi exclusivo de la música electrónica experimental y del rock progresivo. Bandas como Emerson, Lake & Palmer o Pink Floyd lo usaban para crear atmósferas cósmicas, pero Salem Mass decidió emplearlo como un arma oscura y abrasiva dentro de su sonido proto-metal.

El año en que Witch Burning vio la luz fue un período clave para el rock pesado y la estética oscura. Black Sabbath ya había lanzado Paranoid (1970) y Master of Reality (1971), reforzando el tono sombrío del metal naciente. Coven, otra banda con inclinaciones esotéricas, había sacado Witchcraft Destroys Minds & Reaps Souls en 1969, estableciendo una imaginería satánica en el rock. Pero Salem Mass no era una banda británica ni parte de la gran movida del heavy rock europeo. Eran forasteros dentro del propio Estados Unidos, una banda que creó su propia identidad a partir de su aislamiento geográfico y su fascinación por lo siniestro. El álbum Witch Burning pasó desapercibido en su época, sin el apoyo de un gran sello ni promoción alguna. Se convirtió en una pieza de culto con el tiempo, rescatado por coleccionistas y fanáticos del rock más oculto.  Hoy, es un testimonio de un momento en que el rock buscaba ser más que música: quería ser ritual, invocación y hechizo.

Impresiones personales: Crónica de un Disco Maldito

Un álbum con  bastante “chicha”, moog, cerveza y un sonido psico-proto-progresivo que merece su espacio en esta "cueva de rarezas". Hoy hablamos de un álbum nacido en un bar, entre amigos que ya conocían el circuito y que tenían un concepto claro: hacer música con un sonido marcado, pero con el Moog como eje principal en lugar del clásico Hammond.El resultado es un álbum con identidad propia, un trabajo que, aunque cavernícola en su sonido, tiene un punch innegable. Witch Burning es de esos discos que, con el paso del tiempo, han ido adquiriendo el título de mítico. Tres razones lo sustentan: su proceso de gestación, su concepto sonoro y su performance. Tres elementos que lo convierten en un objeto de CULTO.

Escucharlo después de años ha sido una experiencia distinta. La esencia sigue intacta, pero ahora lo percibo con otra madurez. Si algo destaca, además de su honestidad, es la energía que transmite: una mezcla entre rock psicodélico y destellos de early prog, sugestivamente oscuro y provocador. El Moog es el protagonista absoluto, generando una atmósfera envolvente sin llegar a saturar. Sin embargo, la voz principal es el punto flaco: en su intento por calcar el tono heavy de los 70’s, queda algo forzada, sobre todo en esos gritos proto-metal. Hay un claro intento de emular a Deep Purple y Uriah Heep, pero la jugada no termina de salir del todo bien. Aun con ese detalle, el álbum logra atraparte. La producción, a pesar de su tosquedad, tiene un magnetismo que lo hace especial. Y no olvidemos un detalle clave: este fue uno de los primeros álbumes en darle al Moog un rol protagonista dentro del rock, e incluso en incorporar teclados de forma seria en la estructura de una banda. En cierto punto de la historia, Witch Burning se volvió un trabajo revolucionario. Y hoy, más de 50 años después, sigue sonando con toda su potencia. Memorable.Hasta más vernos.

Mini-datos:

  • El álbum fue grabado en un bar de Caldwell, Idaho, llamado The Red Barn, bajo la atenta mirada de su dueño Steve Moore. La sesión se dio casi por casualidad, en un ambiente íntimo, entre cervezas, rock ácido y sustancias que fluían como parte del ritual.

  • Salem Mass tuvo una trayectoria activa de 1971 a 1977, tocando principalmente en el noroeste de EE.UU. y Canadá. Pasaron por varios cambios de miembros y se ganaron su reputación en la escena underground.

  • La banda vivió temporadas en Portland y se movió dentro del circuito de bares y clubes, llegando a trabajar con agencias de booking de renombre. A pesar de no alcanzar el estrellato, su legado quedó sellado con este álbum de culto.

  • El Valle del Tesoro, en Idaho, fue su campo de batalla principal, donde escribieron, tocaron y evolucionaron. Fue allí donde se gestó este sonido crudo, eléctrico y único.

01.Witch Burning
02.My Sweet Jane
03.Why
04.You Can't Run My Life
05.You're Just A Dream
06.Bare Tree
07.The Drifter

CODIGO: B-44



Nota: Aporte de datos de nuestro amigo Chejo Rodriguez. Gracias por contribuir con el blog y enriquecerlo aun más. 

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