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Edgar Broughton Band - Sing Brother Sing


There's been a disturbing trend in the past decade in which pot smokers, seeking to gain legal status, attempt to remake themselves as "respectable" citizens. As in: "I can smoke pot and pay taxes too!" Or, "Just because I smoke pot doesn't mean I won't support whatever the corporate media dictates!" The outcome of such sniveling is to rob marijuana of its counter-cultural critique. Luckily, the Edgar Broughton Band - at least on their first two albums - are here to remind us of the proper relationship between the pot smoker and the state: one of absolute defiance, in which the heroic toker, having gained enlightenment, no longer submits to the Matrix. All stoners and freedom fighters are strongly advised to track down the 2004 reissue of Sing Brother Sing and marvel at the righteous sequence of songs that closes the CD: "We've Got the Power," "Up Yours!", "Freedom", and "Apache Dropout." Inspired by the truths of Edgar Broughton and his band, let's go back to our roots, and once again view smoking pot as a revolutionary act.

Puta madre hermano, puta madreeee, que cosas tan orates te mandas. Esto desata cosas malas, muy muy malas en la cabeza. Ese inicio es totalmente encendido y luego el demonio queda suelto. Brutal, cosa buena. Puesto. Ah :)))))))))))))
Brahmon

Alaridos en la Tormenta: El Ritual Sonoro de Edgar Broughton Band

Hay discos que desafían al oyente, que lo sacan de su zona de confort y lo arrastran a un territorio donde la lógica musical se desmorona. Sing Brother Sing (1970) de Edgar Broughton Band es uno de esos álbumes. No es experimental hasta lo enfermizo, pero sí lo suficientemente ácido e irreverente como para generar reacciones extremas. O lo amas o lo odias, sin términos medios. Es un disco espeso, sofocante, cargado de psicodelia y desquicio bluesero, con un pie en la anarquía sónica de Frank Zappa y otro en la bruma lisérgica de Captain Beefheart. La banda construye una experiencia zigzagueante, un viaje sin brújula donde la experimentación y la estructura se entrelazan sin aviso. Un momento estás flotando en una niebla de vibraciones hipnóticas, al siguiente te golpea una descarga de rock crudo y primitivo. No hay una línea clara, todo está empapado de LSD, y precisamente ahí radica su encanto. En su tiempo, fue un disco incomprendido, "un monstruo difícil de cazar". Hoy, es una pieza de culto, una joya para quienes buscan sonidos desafiantes y salvajes. No es para todos, y ahí está la clave: solo cruzando el umbral de lo convencional se puede entender la genialidad de Sing Brother Sing .

Arte interno del acetato

El Caos Organizado de Sing Brother Sing:

  • A finales de los 60, en un Londres sumergido en la fiebre psicodélica y el estallido contracultural, la Edgar Broughton Band no encajaba del todo con la escena. No eran los virtuosos del prog, ni los visionarios del folk eléctrico. Eran algo más crudo, más salvaje, como si el blues de Howlin' Wolf hubiera sido arrastrado por el barro de una protesta callejera. Con un sonido primitivo, abrasivo y casi ritualístico, la banda se había ganado una reputación incendiaria en los escenarios, pero su siguiente desafío era capturar esa esencia en estudio. Así nació Sing Brother Sing (1970), un álbum que se gesta entre el caos, la experimentación y la furia de una banda determinada a hacer mucho ruido.

Del Asfalto a la Alquimia Sónica:

  • Para su segundo álbum, los Broughton tenían una idea clara: querían algo más grande, más tribal, más libre. Su debut, Wasa Wasa (1969), ya había mostrado su inclinación por el rock pantanoso y el proto-heavy, pero esta vez querían romper las cadenas. El proceso de grabación, realizado en los legendarios Abbey Road Studios, fue un desafío en sí mismo. No eran la típica banda meticulosa que pasaba horas puliendo arreglos; ellos eran puro instinto. El productor Peter Jenner (quien había trabajado con Pink Floyd en sus inicios) tuvo que lidiar con una banda que prefería el caos a la estructura. Las sesiones fueron intensas. La banda entraba al estudio con la misma energía con la que atacaban un escenario: sin plan fijo, sin concesiones. La filosofía era simple: capturar el momento, dejar que el espíritu de la música se manifieste sin restricciones. En medio de largas improvisaciones y sesiones llenas de experimentación, los gritos de Edgar Broughton se volvieron parte del proceso, como si cada toma fuera de un ritual chamánico más que una simple grabación.

Un Sonido de Guerra y Libertad:

  • El resultado fue un álbum visceral, rítmico y desafiante. Sing Brother Sing es más que una colección de canciones; es un manifiesto de rebelión sonora. Desde el primer golpe de "There's No Vibrations, But Wait", la banda deja claro que aquí no hay espacio para lo convencional. Broughton aúlla, la guitarra escupe acordes con un filo cortante, y la batería resuena como un tambor de guerra. "Momma's Reward (Keep Them Freaks a Rollin')" es puro trance blues, mientras que "Refugee" y "Psychopath" se sumergen en terrenos más oscuros y densos.

El Eco de una Era:

Mini-datos:
  • Edgar Broughton Band fue fundada en 1968 en Warwick, Inglaterra.
  • En junio de 1970 lanzan el álbum Sing Brother Sing . Este fue acompañado por el sencillo "Up Yours!" (b / w "Oficial Dan"), una polémica canción sobre las elecciones generales de 1970. La canción contó con un arreglo de cuerdas de David Bedford .

01. There's No Vibrations, But Wait!
02. The Moth:
*a. The Moth
*b. People
*c. Peter
03. Momma's Reward (Keep Them Freak's A Rollin')
04. Refugee
05. Officer Dan
06. Old Gopher
07. Aphrodite
08. Granma
09. Psychopath:
*a. The Psychopath
*b. (B) Is For Butterflies
10. It's Falling Away

 CODIGO: G-24







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