Japón Freak: Hiro Yanagida - Milk Time
Food Brain pt. 2. The two "heroes" from that album (Hiro Yanagida and Hiro Tsunoda) continue on, but replace guitar god Shinki Chen with the equally great Kimio Mizutani. And add some violin, too. This time around, things are structured around a pair of 8+ minute jams that highlight the burgeoning energy of the Japanese underground. The remainder is filled with a variety of experiments, some more successful than others. But even when it fails, Milk Time is still a blast. Because it captures a period when an alternative future for Japan briefly emerged, one free from the tyranny of the Salaryman and the Office Lady. Rock and Roll is about more than having fun and getting laid. It is a cultural, aesthetic, and political movement capable of delivering Utopia in all its guises. For a few years ('69-'72?), Japanese youth rejected the hollow gratification of consumerism for authentic expression and human connection.
No
hay suficiente leche para el gorila.
La calma se encuentra con el caos. Cuando el gorila tiene su leche, toca el clavecín con una elegancia majestuosa y una concentración impecable. Pero si se la niegan, se frustra y se lanza al órgano con una insistencia densa y pesada. Y cuando la frustración se vuelve rabia, ataca las teclas con un fervor desquiciado y exagerado, de ese tipo de frenesí capaz de partir el instrumento en dos. Mientras tanto, sus compañeros —guitarra eléctrica, violín y batería— se entregan a la música con un vigor frenético, como quien atraviesa las calles de una ciudad abarrotada en plena hora punta.
Aunque Milk Time ofrece una mezcla de elementos experimentales y tradicionales, duros y suaves, solo unas cuantas piezas realmente destacan y merecen ser revisitadas. En última instancia, lo mejor del lote se encuentra en el lado B: “Love T”, “Fish Sea Milk”, “Fingers of a Red Typewriter” y la elegante “Me and Milk Tea and Others”. No es un disco esencial, pero los fanáticos de Acid Mothers Temple tal vez se hagan un pequeño favor al escuchar este debut de Yanagida, donde se puede rastrear claramente una de las influencias de AMT.
Juguetes rotos bajo constelaciones de sake: el universo de Yanagida
A inicios de los años 70, Japón bullía en los márgenes silentes del rock mundial. Mientras Occidente celebraba la era dorada del progresivo con Emerson, Lake & Palmer, Genesis y Floyd como tótems, en el archipiélago oriental germinaba una escena mucho más íntima, visceral y deliciosamente caótica: el progresivo japonés no buscaba la perfección matemática, sino la alquimia emocional. Y entre todos los nombres que emergieron de esa explosión psicodélica con alma zen, hay uno que brilla como un cometa esquivo: Hiro Yanagida.
Exmiembro de bandas seminales como Apryl Fool y Food Brain, Yanagida no solo fue pionero del órgano psicodélico en Japón, sino que se convirtió en un eslabón clave entre la experimentación pura y el lirismo sónico. Milk Time (1970), su primer álbum en solitario, es considerado una obra fundacional del prog nipón: una mezcla de hard rock, jazz ácido, melodías clásicas deformadas y lisergia introspectiva. Milk Time nos habla de un Japón que no imitaba: absorbía, retorcía, re-imaginaba. Mientras Europa dibujaba castillos sonoros en el aire, Japón respondía con templos de humo, montañas de delay y un rock progresivo con sabor a saké, pólvora y haiku. Es ese cruce entre lo ancestral y lo psicodélico lo que vuelve estas grabaciones tan únicas, tan irrepetibles.
Impresión personal: El debut que rugió en las estrellas
El genio japonés Hiro Yanagida nos ofrece su colosal debut titulado Milk Time, un álbum donde desborda talento y creatividad compositiva. Desde los primeros compases se manifiesta una auténtica descarga de energía, virtuosismo y pasión. La performance es impecable, y la ejecución instrumental –con un Hammond protagonista que ruge y gira como un torbellino místico– es sencillamente soberbia. Yanagida domina la escena con maestría: el álbum se despoja de capas como un chamán en trance, revelando entre ellas una mezcla desbordada de sensibilidad y locura. Hay momentos intensos, delicados y rimbombantes. Es toda una locura nipona que se yergue en el desquicio ácido, la efusividad progresiva y el sinfonismo cósmico. El álbum presenta dos rostros marcados: por un lado, un rostro Heavy Prog de temperamento psicodélico, y por el otro, una manifestación más cercana al Prog sinfónico. Sin duda, un festín sonoro cuyo ingrediente principal e hilo conductor es el alma vibrante de Yanagida. Y en su centro encontramos una criatura salvaje, bella y mutante: el alma misma del prog japonés.
Mis impresiones son altas: Milk Time es una de esas criaturas —mitad sinfonía estelar, mitad collage demente hecho con retazos de jazz, rock ácido, barroquismo kamikaze y un órgano Hammond poseído por el espíritu de una radio pirata interdimensional. Este álbum no busca complacer, sino provocar. Se mueve como una ameba de colores mutantes: por momentos elegante, por momentos sucio y alucinante, como si Keith Emerson se pusiera a improvisar en un club lleno de humo. A su lado, un violinista ebrio y un guitarrista que olvidó que el compás era una cosa. Yanagida juega con los estilos como un niño con piezas de LEGO: lo sinfónico se junta con lo ruidoso, lo juguetón con lo místico. Las estructuras se deshacen y se reinventan en cada pista. No hay dos minutos iguales. Lo único que se entrelaza es la visión de un hombre que sabe acomodar la locura orquestal con la manifestación sonora más potente.
Así tenemos sentimentalismo puro en piezas como “Yum” o “Love T”, y lados más eufóricos y salvajes como “Running Shirts Long”, “Fingers Of A Red Type-Writer” o la extrema “Fish Sea Milk”. Sin duda, un álbum de CULTO puro y un viaje hacia lo más intenso del alma. Hasta más vernos.
Mini-datos:
- Yanagida era el Keith Emerson japonés… ¡pero más psicodélico! Aunque su formación era clásica, Hiro se soltó la melena tras participar en bandas como Food Brain y Love Live Life + One. En Milk Time decidió llevar su virtuosismo a los extremos, fusionando el sinfonismo con jazz ácido, psicodelia y un espíritu jamero fuera de control.
- El álbum fue grabado en los míticos estudios Teichiku de Tokio, en una época donde los sintetizadores eran una rareza incluso en Japón. Por eso, todo lo que escuchas es puramente analógico y 100% humanoide.
- Muchos creen que el título Milk Time hace alusión al "tiempo de la infancia", como si el disco fuera una mezcla de juego y delirio sonoro. Pero otros lo interpretan como una ironía de Yanagida ante la música "light" de la época: esto no es leche… ¡es sake cósmico servido a 100 grados!
- Algunos de los músicos que lo acompañan venían del jazz japonés más vanguardista, lo que explica esos desvíos libres, casi improvisados, que parecen sacados de una jam entre alienígenas borrachos.
- La portada del disco fue diseñada por Masaru Imada, quien también era músico de jazz, y quiso representar la fusión entre lo onírico, lo mecánico y lo orgánico…
- En una entrevista de 2004, Yanagida dijo que compuso la mitad del disco en un solo fin de semana, "mientras tomaba sake con hielo y miraba dibujos animados sin volumen".
01.Love St.
02.Running Shirts Long
03.When She Didn't Agree
04.Happy, Sorry
05.Yum
06.Love T
07.Fish Sea Milk
08.Fingers Of A Red
Type-Writer
09.Milk Time
10.Me And Milk Tea And Others
CODIGO: O-10
Flied Egg - Dr. Siegel's Fried
Egg Shooting Machine
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