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Embryo - Steig Aus

 

The spacious ethnic plucks give way to a galloping warhorse rhythm over which jazz pianist Mal Waldron builds his manic organ vamps. The energy rarely lets up, keeping this album, Embryo's finest, exciting and engaging from start to finish. One of the best examples of the jazzy side of krautrock.

“Con Amon Düül ya habíamos explorado la nueva música psicodélica, pero queríamos hacerlo de una manera diferente, utilizando más la improvisación libre y las nuevas estructuras rítmicas y armónicas”


Improvisación como Dogma: Embryo y la Libertad Sónica

Imagina esto: es 1973 y Alemania todavía huele a fábrica, cerveza barata y revolución post-68. El rock está en modo laboratorio: unos tipos en Düsseldorf fabrican beats repetitivos como robots (Kraftwerk), otros en Colonia desarman la música hasta dejarla como un trance primitivo (Can), y en algún rincón de Múnich, un grupo llamado Embryo decide que la música no tiene fronteras, ni geográficas ni mentales.  Steig Aus es el resultado de ese impulso: una mezcla de jazz en combustión, psicodelia tribal y espíritu nómada. Aquí no hay canciones de tres minutos para la radio. Aquí hay carreteras polvorientas, percusiones que parecen rituales, saxos que se derriten al sol y guitarras que arden como hogueras. Pon el vinilo, cierra los ojos: de repente no estás en tu cuarto, sino en una furgoneta VW cruzando Yugoslavia, con el suelo vibrando al ritmo de un bajo insistente. Afuera, un paisaje que parece infinito. Dentro, la música suena como si Coltrane se hubiera perdido en un festival hippie en Marruecos y hubiera encontrado su banda perfecta.

Embryo en Pleno Vuelo

Impresiones Personales: La Gran Caravana del Jazz Kraut

Steig Aus es el cuarto trabajo de la tribu musical conocida como Embryo, un colectivo en constante mutación que nació de la mente hiperactiva de Christian Burchard en 1969. No eran una banda común, eran casi una comuna sonora: un grupo de músicos, poetas y nómadas que entendieron que el rock podía ser más que una sucesión de canciones. Embryo era un vehículo, una furgoneta mental lista para cruzar cualquier frontera, geográfica o sonora.

Steig Aus no es un simple disco: es un trip de tres capítulos, cada uno una odisea propia, en el que se entrelazan jazz-rock, space music, psicodelia tribal, funk cósmico y toques de progresivo. Es un álbum que respira como si estuviera vivo, que late con percusiones hipnóticas y que se expande en jams interminables. No hay hits, no hay concesiones, solo la invitación a perderte. Desde su debut con Opal, Burchard tenía claro que su música era “para personas sin complicaciones”: gente dispuesta a dejarse llevar, a salir del camino recto y escuchar cómo suena el mundo cuando le quitas el filtro. Embryo no buscaba fama, buscaba experiencias. Cada ensayo era una exploración. Cada concierto, una ceremonia.

A lo largo de los años, más de 400 músicos han pasado por sus filas, dejando cada uno su huella en el organismo sonoro de la banda. Entre ellos, Chris Karrer (quien luego sería pieza clave de Amon Düül II), aportando ese espíritu de revolución permanente que se respira en cada nota. Y si la música de Embryo suena tan rica y multicultural es porque literalmente la recogieron en la carretera. A diferencia de muchas bandas de krautrock que se quedaban en el laboratorio sonoro, Embryo llevó su música a Afganistán, Marruecos, Portugal, y hasta rincones remotos del norte de África. Tocaban en plazas, comunas, universidades, caravasares… donde fuera que hubiera oídos y ganas de bailar. Cada viaje sumaba nuevos colores, nuevas escalas, nuevas formas de ver el sonido.

Escuchar Steig Aus es como subir a una furgoneta VW llena de instrumentos, con el suelo cubierto de alfombras, olor a incienso, y la promesa de que el próximo pueblo —o el próximo tema— te va a mostrar algo que no sabías que necesitabas. Y cuando la aguja cae sobre el vinilo, comienza el ritual: percusiones que llaman, saxos que contestan, un Hammond que arde en el centro de la ceremonia, y guitarras que parecen estar señalando el cielo. Este disco no se escucha, se vive. Hasta más vernos.

Conclusion Final

Steig Aus no es un álbum que escuches: es un álbum que te traga. Una vez entras en su viaje, no hay regreso al punto de partida. Termina el lado B y te quedas mirando el vacío, preguntándote en qué planeta aterrizaste. Eso, amigo mío, es la magia del kraut-jazz: no busca complacerte, busca moverte — literalmente.

Mini-datos:

  • Sesiones rechazadas antes de Brain: Antes de que Steig Aus salga bajo el sello Brain/Metronome, hubo varias sesiones grabadas en 1971 y comienzos de 1972 que la discográfica Liberty/UA consideró que no tenían suficiente potencial comercial. Finalmente Christian Burchard llevó esas cintas a Brain, que sí aceptó publicarlas.Qué gran gancho narrativo: la banda creyendo en su visión cuando otros la descartaban.

  • Participación de Mal Waldron como invitado estrella: En Steig Aus aparece Mal Waldron (gran pianista de jazz que tocó con Eric Dolphy, Max Roach, etc.). Fue invitado externo. Su rol aporta un contraste muy fuerte, sobre todo en piezas largas, en la parte eléctrica con piano, ayudando a “fusionar” aún más el sonido entre jazz libre y krautrock

  • “Radio Marrakesch / Orient Express” y su conexión con influencias norteafricanas: Esa canción inicial tiene sonidos de percusión, tambores de mano, atmósfera marroquí (y “Radio Marrakesch” en el título lo sugiere). Parte de esos elementos étnicos fueron añadidos tras un viaje al norte de África, lo que enriqueció el álbum con instrumentos o ambientes que no eran puramente “europeos”

  • División de “Call” en múltiples secciones grabadas casi como suite: El tema “Call” (la tercera pista, bien largo) está compuesto por varias subsecciones: Call Part 1, Organ Walk, Marimba Village, Clouds, Call Part 2. Lo interesante es que esas secciones fluyen unas dentro de otras, como distintas estaciones de viaje musical, casi improvisadas, pero estructuradas para mantener la cohesión. El uso de marimba, violín, órgano, mellotron junto con la percusión marca diferentes climas dentro del mismo tema.
01. Radio Marrakesch/Orient-Express
02. Dreaming Girls
03. Call:
a) Call (part 1)
b) Organ Walk
c) Marimba Village
d) Clouds
e) Call (part 2)

CODIGO: @




Anexo:

A.R & Machines - Die Grüne Reis 

Si Steig Aus es una caravana que cruza desiertos y mercados de especias sonoros, Die Grüne Reise es el mapa astral que te dice hacia dónde mirar el cielo mientras el viaje ocurre. Achim Reichel, maestro de las cintas de eco y arquitecto del trance eléctrico, creó en 1971 este viaje verde: un álbum que parece brotar de la tierra, crecer como una enredadera cósmica y florecer en loops hipnóticos. La conexión es clara: Embryo nos invita a subir a la furgoneta y recorrer el mundo; A.R. & Machines nos pide que cerremos los ojos y dejemos que el mundo recorra nuestra mente. Ambas obras respiran improvisación, psicodelia expansiva y una visión que rechaza la forma tradicional de canción. Son discos que exigen tiempo, atención y entrega. Escuchar ambos en secuencia es como pasar del ritual tribal al trance cósmico, como si la aguja del tocadiscos abriera primero el portal terrestre y luego el estelar.

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