TRANSLATE

Billy Bond & La Pesada del Rock & Roll - Volumen 1

Long, strung-out blues that hangs weightless in air, encapsulating within its defiant sound the imaginary of a New Argentina. A great & heroic start to the La Pesada project.

La Pesada fue un grupo maravilloso, toda la imagen de caos, de violencia y de tosquedad es falso, La Pesada era un grupo organizado, coherente, Ileno de afecto, con una relación entre los músicos como nunca tuve en ningún grupo y con una eficacia comercial abrumadora. Claudio Gabis

Billy Bond y La Pesada: Archivo de una Revolución Sonora

A comienzos de la década del 70, Argentina se encontraba sumergida en un clima de tensiones continuas: cambios políticos abruptos, crispación social, censura intermitente y una juventud que, entre la incertidumbre y el deseo de expresión, buscaba construir una identidad propia dentro de un país que parecía moverse a sobresaltos. La cultura rock, todavía joven y en formación, se debatía entre la herencia beat, la influencia británica y norteamericana, y la necesidad de encontrar un lenguaje propio que respondiera al paisaje local, marcado por la conflictividad y la efervescencia ideológica. En ese contexto naciente, los músicos se movían como pequeñas islas.

Es en ese terreno convulsionado donde aparece Billy Bond, una figura tan necesaria como polémica. Productor inquieto, empresario cultural sin miedo a la provocación, y presencia escénica arrolladora, Bond encarnó el papel de catalizador dentro de un ecosistema que pedía a gritos un sacudón. Su rol consistió en conectar piezas sueltas, reunir músicos de procedencias diversas y crear un espacio común donde el virtuosismo, la irreverencia y la búsqueda sonora pudieran convivir sin restricciones formales. Con su visión expansiva y su actitud frontal, Billy Bond funcionó como un núcleo gravitatorio para una escena que necesitaba orden en el caos y caos en el orden.

De esa necesidad —y de esa energía que se acumulaba sin cauce— surgió La Pesada del Rock and Roll, un proyecto que en esencia no era una banda, sino un manifiesto vivo. La Pesada se concibió como un espacio de libertad musical absoluta: una plataforma abierta donde confluyeran músicos de alto calibre, improvisadores salvajes, compositores experimentales y figuras emblemáticas del rock argentino. Su estructura flexible permitía la rotación constante de integrantes, nutriendo al proyecto con una versatilidad que desafiaba cualquier etiqueta convencional. La premisa era simple y radical: hacer música sin pedir permiso, sin compromisos estilísticos, sin limitaciones externas. Ensayos que funcionaban como sesiones rituales, grabaciones que capturaban el pulso del momento y una actitud general que oscilaba entre la celebración y la resistencia cultural.

Génesis de un Terremoto Cultural

La formación de Bond y La Pesada del Rock and Roll marcó un quiebre definitivo en la historia del rock argentino. Surgida en 1970 como una iniciativa conjunta entre el productor Jorge Álvarez —figura central del primer circuito independiente del país— y Billy Bond, cantante, productor y “agitador cultural”, La Pesada se consolidó rápidamente como el primer supergrupo del hard rock y la psicodelia en Latinoamérica. Su propuesta excedía la idea de una banda tradicional: se trataba de un proyecto expansivo, flexible, pensado como un espacio de experimentación absoluta y libertad sonora sin restricciones.

Por sus filas pasaron músicos que, tiempo después, serían pilares del rock nacional. Entre ellos, Pappo, Luis Alberto Spinetta, Javier Martínez, Claudio Gabis, Alejandro Medina, David Lebón y muchos otros nombres que encontraron en La Pesada un laboratorio creativo para desarrollar estilos, depurar técnicas y explorar nuevas formas de expresión eléctrica. La influencia del colectivo fue tan amplia que incluso participó en la grabación de álbumes ajenos, entre ellos Vida —el debut de Sui Generis—, aportando a la consolidación de un sonido nacional en expansión. La actividad del grupo se extendió hasta 1974, año en que Billy Bond decidió radicarse definitivamente en Brasil. Para entonces, el aporte fundamental de La Pesada ya era evidente: había funcionado como semillero, fuerza articuladora y catalizador de una generación entera de músicos que definirían el rumbo del rock argentino durante la década siguiente.

Primera Etapa: La Banda Abierta

Durante sus primeros años, La Pesada operó bajo un concepto de “banda abierta”. Sus actuaciones y sesiones de grabación reunían a músicos destacados de la escena, formando una especie de selección nacional del rock argentino. Esta dinámica nació como respuesta a un contexto crítico: con la disolución de Manal, Almendra y Los Gatos, las bandas fundacionales que habían marcado la primera gran etapa del género, se produjo un vacío creativo y estructural. Aunque grupos como Vox Dei mantenían una presencia vigorosa, la escena parecía fragmentada, con dificultades para sostener su visibilidad en medios y escenarios.

A ello se sumaba la desaparición del sello independiente Mandioca, que había funcionado como refugio y centro de operaciones para los artistas de la “Música Progresiva”. Las grandes compañías discográficas, sin comprender del todo la naturaleza del movimiento, no lograban ofrecer un respaldo coherente a los nuevos proyectos. En ese panorama incierto, los músicos se replegaron hacia los circuitos informales: bares, sótanos, salas improvisadas donde se realizaban largas zapadas que mezclaban veteranos del primer rock nacional con talentos emergentes.

Fue precisamente de ese hervidero donde La Pesada tomó su primera formación efectiva. Músicos veteranos como,Javier Martínez, Alejandro Medina y/o Ciro Fogliatta compartían escenario y electrificaciones nocturnas con jóvenes que empezaban a hacerse un nombre: David Lebón, Black Amaya, Poli Martínez, Luis Gambolini, Rinaldo Rafanelli, entre otros. La dinámica, espontánea y orgánica, otorgó a La Pesada un carácter colectivo y fluido, en el que la identidad del proyecto se construía a partir de la diversidad.

Segunda Etapa: La Banda Estable

Hacia 1972, La Pesada del Rock and Roll ingresó en una nueva fase que consolidaría definitivamente su identidad. De aquel colectivo abierto y fluctuante que había caracterizado sus primeros años, emergió ahora una formación estable, cohesionada y con una impronta sonora reconocible. Esta etapa estuvo marcada por la presencia simultánea de músicos que no solo poseían un altísimo nivel técnico, sino que además compartían una visión común sobre el rumbo estético del grupo.

La alineación que definió este período reunió a Kubero Díaz y Claudio Gabis en guitarras —una dupla que combinaba crudeza, oficio y un enfoque experimental—, Alejandro Medina en bajo y voz, Jorge Pinchevsky aportando la singularidad del violín eléctrico, Isa Portugueis y Jimmy Márquez en batería, y Billy Bond como voz principal, productor y director artístico del proyecto. Con este núcleo, La Pesada desarrolló una estructura de trabajo estable que permitió no solo afianzar su sonido, sino también ampliar su impacto dentro de la escena musical.

Durante esta etapa, el grupo no se limitó a producir su propio material: se convirtió en una verdadera usina de grabación. Los integrantes participaron activamente en los discos solistas de varios de ellos, al tiempo que colaboraron en proyectos de artistas que posteriormente ocuparían un lugar central en el rock argentino. Entre esas colaboraciones figuran grabaciones con Sui Generis, David Lebón y Raúl Porchetto, entre otros. La Pesada extendió así su influencia más allá de su propia discografía, convirtiéndose en una fuerza formativa que permeó múltiples rincones del incipiente rock nacional.

Los conciertos de esta etapa –realizados en teatros y clubes de Buenos Aires y diversas ciudades del interior– mostraban a una banda sólida, segura de su potencia escénica y capaz de sostener un repertorio que combinaba improvisación, densidad eléctrica y una energía casi ritual. Sin embargo, esa dinámica se vería interrumpida de manera abrupta.

Impresión Personal: Rock, Caos y Verdad

“La Pesada” es un álbum con polenta, un golpe inicial que promete incendiarlo todo… aunque, siendo honesto, no siempre logra sorprender con su performance general. PERO ojo: su importancia histórica es tan grande que termina inclinando la balanza a su favor. Cuando el disco enciende, enciende de verdad, y esa chispa incendiaria le otorga un valor añadido que hace imposible ignorarlo.

Es una obra que se admira por su espíritu de época: por esas ganas irreductibles de crear , de tocar a pesar del caos, de hacer música sin pedir permiso. Y, por supuesto, por “el combo” mismo: esa constelación de músicos que parecía armada para provocar un shock eléctrico en el rock argentino. Por sus pasillos desfilaban: Pappo, Spinetta, Pomo, Vitico, David Lebón, Black Amaya, entre otros. Es decir, una alineación de pura pólvora creativa, imposible de pasar por alto. La escucha es vibrante y ecléctica: conviven piezas de hard rock con perfume psicodélico, instrumentales con alma de blues & rock, riffs que muerden, pasajes más reposados y momentos donde la banda parece transformarse en un animal distinto cada cuatro compases.

Ahora… también están sus limitaciones. La Pesada tiene ese sonido de época, esa urgencia juvenil que chisporrotea, pero sus limitaciones resoplan en 4 paredes que al final no consiguen elevarnos aún más. No llega a la profundidad de Vox Dei, ni al filo ardiente de un Pappo’s Blues, pero una autenticidad salvaje, cruda, directa, sin filtros.

Los arreglos son sencillos, sin complicaciones, pero el trabajo instrumental resalta, sobre todo en las guitarras. Temas como “Salgan al sol” tienen ese empuje contagioso que te levanta el ánimo; piezas como “Verdes prados” o “El parque” respiran una buena vibra que, aunque no se eleva demasiado, sostienen la propuesta con honestidad.

En resumen: La Pesada no es una experiencia del 100%, pero es una entrada contundente al universo que estaban gestando.
Un sonido aplastante, atrevido y encendido.
Un buen inicio, imperfecto pero lleno de carácter.

Hasta más vernos.

Conclusión Final

Al final del día, más allá de sus discos, sus incendios creativos y sus tormentas internas, La Pesada del Rock and Roll queda en la historia como el puente, el gran engranaje que permitió que el rock argentino no se apagara cuando sus primeras luminarias se desarmaron. Fue la banda que sostuvo la transición entre los pioneros y la nueva camada, ese espacio donde convivieron exmiembros de los grupos fundacionales y figuras jóvenes que más tarde sellarían, con uñas y distorsión, la identidad definitiva del género. Ese es, quizá, el mayor mérito de La Pesada: haber sido un territorio común, un suelo fértil en un momento donde parecía que todo estaba a punto de quebrarse.

Y así se cierra este viaje: entre distorsión, historia y sonrisas inesperadas.
La Pesada no fue perfecta, no fue pulida, no fue dócil.
Fue verdadera.
Y con eso bastó para mover una era.

Mini-datos:

  • Un recital suyo en el Estadio Luna Park en 1972 terminó con incidentes y peleas con la policía, y eso afectó las posibilidades futuras de difusión de la banda.

  • Carátula-constelación: En el álbum debut Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll (1971) la tapa muestra la cara de Billy Bond llena de nombres de músicos que participaron. Según Bond, “yo era algo así como la careta de esos músicos increíbles… porque esos músicos representaban también todo lo que yo era”.

  • Cada tema, una alineación distinta: Debido a su condición de “banda abierta”, prácticamente cada canción del primer disco presenta una formación diferente de músicos.

  • “Marcha de San Lorenzo” y censura: En el segundo volumen Billy Bond y La Pesada – Volumen 2 (1972) aparece una adaptación en estilo blues rock de la tradicional “Marcha de San Lorenzo”. La pieza fue censurada en difusión radial en su momento.

  • Del escenario al meme: Aunque su esplendor fue en los 70, el legado de Billy Bond y La Pesada volvió a emerger en los últimos años gracias a una canción-meme en Internet: “Billy Billy Bond y La Pesada Rock ’n’ Roll”, que parodia la letra de “Wannabe” de las Spice Girls.

01- Salgan al Sol
02- Divertido (Reventado)
03- Verdes Prados
04- Buen Día Sr.Presidente
05- El Parque
06- Cada Día Somos Más
07- Dueño de Tu Piel
08- Voy Creciendo 

CODIGO: @



Anexo:

Pappo's Blues - Same 

La historia de La Pesada del Rock and Roll se cruza inevitablemente con la de Pappo, uno de los guitarristas más encendidos y determinantes del rock argentino. Mientras La Pesada construía un espacio colectivo, abierto y mutante, Pappo afianzaba, casi en simultáneo, otra ruta igualmente decisiva: la del blues denso, directo y filoso, condensado en su legendario debut Pappo’s Blues – Same (1971). Este álbum funciona como un reflejo y contrapunto del universo de La Pesada. Ambos discos comparten época, energía, músicos en circulación y una necesidad urgente de canalizar la juventud eléctrica de los 70. Pero mientras La Pesada buscaba lo plural, lo expansivo y lo experimental, Pappo’s Blues trazaba el camino opuesto: la síntesis, el trío poderoso, el riff como bandera y la crudeza como estética. Aquí Pappo –quien colaboraría e influiría en La Pesada como uno de sus pilares itinerantes– despliega la versión más pura de su visión: guitarras que rugen sin disfraz, estructuras directas, sensibilidad bluesera retorcida por la realidad porteña, y un sonido que marcaría para siempre el ADN del rock duro nacional. Conectar ambos discos es entender que el rock argentino no se construyó en una sola habitación, sino en varias que respiraban el mismo aire: en La Pesada, la masa sonora, el colectivo, la búsqueda sin mapa; en Pappo’s Blues, la identidad afilada, la raíz, el pulso innegociable del riff.



Comentarios