Ginger Baker's Air Force - Same
El Ritual del Royal Albert Hall: El nacimiento de Ginger Baker's Air Force
A finales de los años 60, el rock estaba en plena revolución. Las paredes de la psicodelia comenzaban a resquebrajarse, y los ecos de nuevas fusiones se hacían sentir en cada rincón. En ese paisaje sonoro cambiante, Ginger Baker's Air Force no nació como una simple banda, sino como una explosión de talento, una fuerza imparable que fusionó jazz, rock, blues y ritmos africanos en un crisol sin precedentes.
Era 1970, y Ginger Baker, el legendario baterista que había dejado su marca imborrable en Cream y Blind Faith , estaba listo para romper todas las fronteras conocidas. Con el rugido de su batería aún resonando en los estadios, decidió crear algo más grande, más ambicioso: una supernova musical que reuniría a lo mejor de su tiempo. Así nació Ginger Baker's Air Force , una big band colosal de 11 músicos, donde nombres como Steve Winwood, Ric Grech, Denny Laine, Graham Bond y Chris Wood se unieron en una sinergia inigualable. La grabación del álbum debut se convirtió en un evento en sí mismo. El 15 de enero de 1970, en el Royal Albert Hall de Londres, se registró en vivo una de las sesiones más intensas de la época. Era más que un concierto: fue un ritual de libertad sonora. Cada acorde, cada golpe de batería, cada solo de viento era una declaración de independencia musical.
El disco se siente como un torbellino de géneros que colisionan y se abrazan. Desde el groove denso de Da Da Man hasta la avalancha rítmica de Do What You Like , cada tema es un experimento que desafía las etiquetas. La influencia africana, pasión de Baker, se siente viva en cada ritmo polirrítmico, mientras que las raíces del jazz y el blues le dan cuerpo y alma. Este no es un álbum para oídos complacientes. Es una obra que exige atención, que pide al oyente sumergirse en sus capas, en sus improvisaciones, en su caos controlado. Es la esencia de un momento irrepetible, cuando el rock todavía se atrevía a ser libre y la ambición creativa no conocía límites. Ginger Baker's Air Force no solo fue el debut de una banda; Fue el testimonio de una era que estaba lista para reinventarse. Un vuelo sonoro que, hasta hoy, sigue retumbando en los ecos de la historia del rock.
Presentación del combo Ginger Baker’s Air: Concierto en Alemania (1971)
Rituales de un sueño despierto:
Ginger Baker's Air Force fue uno de los proyectos más ambiciosos de los 70. La propuesta era clara: manifestar una música étnica indescriptible, desplegando una visión amplia de las fusiones entre la música afroamericana y su sonido madre. En otras palabras, el proyecto de Baker era una muestra pura de lo que algunos han llegado a etiquetar como Jazz Rock-World Fusion. Este concepto se traduce en una combinación vibrante de ritmos de raíces negras (funk, jazz, blues) con el folk africano, dando como resultado un sobrecargado y explosivo jazz rock de fusión. La banda estaba compuesta por un maxi combo de músicos —alrededor de 11 integrantes— con la capacidad de crear y reinventar una música potente, ecléctica y brutalmente cañera. Baker, junto a sus socios Steve Winwood y Ric Grech, se unió con destacados músicos africanos de la época para plasmar este pastiche sonoro cargado de color, fusión y pura creatividad. La banda era una vorágine de sensaciones; la fusión y el arte de crear música alcanzan niveles tan virtuosos y rimbombantes que rozaban lo progresivo en su ejecución. La experiencia, aquí, es intensa y absolutamente fascinante. Este álbum en vivo es una muestra cruda de toda esa virtud desbordante. Cada tema permite sentir la maestría de los músicos y, sobre todo, el verdadero espíritu de la world music hecha con el corazón. Aquí mis impresiones:
- Este es de esos pocos álbumes que saben tocar el alma: su ejecución es magistral, perfecta y rebosa virtuosismo. Cambios de tiempo, arreglos progresivos, fusiones étnicas, secciones de metales poderosos, cantos africanos, dinamismo feroz y una explosión de virtudes instrumentales… Todo esto se encuentra aquí. La energía es incesante: el álbum no deja de vibrar y contagiar euforia. Cada músico domina su terreno con soltura, y la dirección de Baker y compañía logra un equilibrio hipnótico que lleva la experiencia a un clímax profundo. No es un álbum que sature o agobie; su música es vibrante, fresca, original y, sobre todo, rítmica. Incluso cuando algunas canciones superan los 11 o 12 minutos, la intensidad se mantiene sin perder fuerza. Es una experiencia viva que solo puedes llevarte a gritar: ¡CARAJO, QUÉ GRANDES ERAN LOS 70! Más allá de la fascinación, puedo decir que Ginger Baker's Air Force es un proyecto que nace del corazón. Se siente el esfuerzo, las ganas y la voluntad de convertir sueños en realidad. Siempre me ha parecido un proyecto idílico, un acto puro de pasión que toca el alma y despierta esa chispa interna que nos recuerda que todo es posible si se lucha con verdadera fuerza.
Mini-datos:
- Winwood y Grech participaron solo en un show en Inglaterra, en enero de 1970. En ese momento, Chris Blackwell, director de Island Records (y con Winwood bajo contrato), le pidió grabar un álbum solista, que terminaría renaciendo como el legendario Traffic con el espectacular disco John Barleycorn Must Die .
- La banda se formó a fines de 1969 tras la disolución de Blind Faith . La alineación original incluía a:
- Ginger Baker (batería)
- Steve Winwood (órgano y voz)
- Ric Grech (violín y bajo)
- Jeanette Jacobs (voz)
- Denny Laine (guitarra y voz)
- Phil Seamen (batería)
- Alan White (batería)
- Chris Wood (saxofón tenor y flauta)
- Graham Bond (saxofón alto)
- Harold McNair (saxo tenor y flauta)
- Remi Kabaka (percusión)
- El álbum es una grabación en vivo del espectáculo realizado en el Royal Albert Hall el 15 de enero de 1970, con la alineación original en pleno vuelo.
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