Quicksilver Messenger Service - Shady Grove
The prominent piano, due to Hopkin's unique influence, makes this a standout album in the QMS catalogue and the SF scene. Ever song is good to great, and Edward is a masterpiece. Wonderful, wonderful album. About as good as Just for Love. Really, the best piano-driven rock out there.
A bit softier and less acidic overall compared to their first albums, but anyway great psych/acid rock from San Francisco.
Woe! What happened? This album is a big drop off in quality from their debut. Shady Grove is not really terrible but the cool hippie vibe is not as prevalent.
Entre la Tormenta y la Bruma: El Día en que Quicksilver se Volvió de Cristal
Una historia documentada del álbum “Shady Grove” (1969)
San Francisco, 1969. Mientras en Altamont se mascaba la tragedia y el verano del amor daba señales de estar cerrando su cuenta, Quicksilver Messenger Service entraba en una sala de grabación, herido pero no vencido, para darle forma a uno de sus trabajos más extraños, más sutiles, más sobrios: Shady Grove.
Gary Duncan, uno de los engranajes principales, había abandonado la nave. Su guitarra y su temple eran parte del ADN ácido de la banda, así que su ausencia dejó un vacío considerable. Pero donde algunos ven un abismo, otros intuyen una oportunidad. En esa coyuntura, aterrizó como un cometa Nicky Hopkins, un tecladista inglés con credenciales de leyenda y dedos capaces de convertir una melodía en un hechizo.
Hopkins no llegó solo a cumplir un rol de apoyo; llegó a redibujar el mapa. En sus teclas se escondían jardines secretos, caminos de terciopelo, luces suaves, nieblas que bailaban al ritmo de un folk que miraba de reojo al jazz, al pop, y aún así seguía oliendo a ácido. Lo que antes eran jams musculosos y extensos, ahora eran piezas contenidas, con un gusto innegable por la elegancia y una melancolía nueva, refinada, madura. Shady Grove no rugía. No lo necesitaba. Se deslizaba.
Hay quienes, al oírlo por primera vez, pueden pensar que Quicksilver había perdido filo. No. Había mutado. La electricidad seguía ahí, pero sublimada en arreglos más melódicos, más acústicos, más introspectivos. La psicodelia seguía latiendo, pero ya no necesitaba estallidos: bastaban los destellos. Canciones como “Flute Song” o “Joseph’s Coat” revelan esa nueva ruta: hay folk, hay aromas medievales, hay una suave cadencia que pide ser escuchada con auriculares y el corazón abierto. En “Words Can’t Say” se palpa una sensibilidad pop sin perder profundidad, y en la instrumental que da nombre al disco, Shady Grove, brilla ese toque Hopkins: cristalino, sentimental, y sin embargo firme. Y mientras la mayoría de sus contemporáneos optaban por subir el volumen o acelerar el paso, Quicksilver tomaba una dirección inesperada. Se desaceleraba. Se volvía contemplativo. Quizá no todos estaban preparados para eso en 1969, un año donde el vértigo parecía la norma. Lo cierto es que, escuchado hoy, Shady Grove suena a punto de inflexión. A ese momento donde una banda descubre que puede cambiar la piel sin traicionar el alma. Que puede hacer una pausa sin perder el paso. Que puede invocar la psicodelia sin necesidad de incendiarla.
En el corazón del álbum vive una sensación de tránsito, como si todo el disco se desarrollara entre dos estaciones: la última de un viaje caótico y la primera de una aventura más íntima. Suena a un domingo por la tarde tras una semana intensa; a un faro encendido después de una tormenta. Nicky Hopkins sería un nómade, y pronto partiría a otros rumbos (Stones, Jeff Beck, y un largo etcétera). Pero lo que dejó aquí fue una firma clara, indeleble: un refinamiento que elevó a Quicksilver a un nuevo plano, más allá de la distorsión, más allá de la psicodelia convencional.
Shady Grove no es un disco para todos. Es un disco para los que saben encontrar belleza en los matices, para los que no le temen al cambio. Un álbum que no brilla con estridencia, pero que, en su discreción, revela joyas secretas. Y como todo lo que se vuelve de culto…Hay que escucharlo más de una vez para entender su idioma. Hasta más vernos.
Mini-datos:
- Nicky Hopkins, el pianista oficial inglés que aparece en álbumes de Jeff Beck, The Rolling Stones, The Who,The Beatles y Steve Miller, se unió al grupo para este álbum.
- La influencia de Hopkins se siente en todo Shady Grove , y sus contribuciones empujaron al grupo en nuevas direcciones. Sin embargo, la presencia vocal de David Freiberg hace que el sonido Quicksilver de los dos primeros álbumes aún sea evidente.
- El guitarrista original Gary Duncan no aparece en este álbum, después de haber dejado la banda por un tiempo.
01. Shady Grove
02. Flute Song
03. Three or Four Feet From Home
04. Too Far
05. Holy Moly
06. Joseph's Coat
07. Flashing Lonesome
08. Words Can't Say
09. Edward, the Mad Shirt Grinder
CODIGO: @
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