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Caravan - Same


Arriving to the Place of Their Own
“Yesterday's face is not the one I choose to see nor is the face of someone who gets much too close to me. I've got this place of my own where I can go when I feel I'm coming down, we'll do our best to ensure you'll feel secure if you come.” Caravan’s debut album is a tour de force of musicality and subtleness. Songs are extremely harmonious and gently expressive. “Knees on legs, toes on feet, hair on chest, itchy vest, woolly pants, nylon socks, leather boots smash down the grass. Oh, grandma's lawn has just been mown ten feet tall, overgrown with weeds…” The stuff is mostly on the psychedelic side of rock music and the Hammond organ passages are simply stupendous.

Languid keyboard-driven psychedelia, mostly suitable for an opium den, though occasionally darting off to more aggressive / disturbing realms. Not as impressive as what came afterward, but still a seductive debut, which well-captures the fading smoke of the Summer of Love.

Caravan y el Susurro de la Primera Aurora

Hay discos que no se escuchan: se sueñan. Y Caravan, ese primer susurro que la banda homónima dejó escapar en 1968, no es otra cosa que la invitación perfecta a deambular entre campos invisibles y cielos de acuarela. No hay prisas aquí, ni promesas infladas: sólo un pequeño carromato rodando por senderos que sólo los espíritus libres pueden ver, cargando melodías dulces, un rock de cámara que coquetea con la psicodelia y la nostalgia de quien sabe que el hogar está, sobre todo, en el viaje. Este debut, tan modesto como encantador, no busca incendiar el mundo: apenas quiere encender una lámpara tímida en mitad de la niebla. Y vaya si lo consigue. Cada acorde, cada giro de voz, cada quiebro melódico, suena como el murmullo de un amigo en una estación perdida, contándote secretos mientras pasa el tren que nunca tomarás. Caravan no aspira a grandilocuencias; sus armas son otras: una inocencia casi pastoral, una ternura sincera, una belleza que se revela despacito, como un jardín oculto detrás de una verja de hierro oxidado.

Hoy, en esta sesión bajo la mirada de CULTO me dejo llevar por este carruaje de sueños. Y tú, si te animas a saltar conmigo, tal vez también descubras que hay viajes que comienzan cuando uno deja de buscar destinos. Adelante el camino a Canterbury recién comienza.

Impresiones Personales: Las Aguas Tranquilas del Primer Viaje

Aquí estamos otra vez, bajo el cielo familiar de los discos que importan. El álbum que hoy vengo a ofrecerles es, sin duda, una pieza clave en la gestación del movimiento Canterbury. Ante la suavidad del jazz y los primeros susurros de un progresivo temprano, nace esta obra: una exquisita muestra de lo mejor de "la escena". Aquí se yerguen el drama, la pasión, la finura y la elegancia. Caravan comenzó su travesía en 1968 con este espléndido debut. Un álbum que amalgama el rock psicodélico y el jazz, logrando un sonido propio y "sofisticado", muy cercano al de sus coetáneos Soft Machine. Entre sus pliegues, se deslizan pasajes elegantes teñidos de tonos jazzísticos, envueltos en atmósferas ácidas y psicodélicas. Se podría decir que su música es un progresivo limpio, melódico, cadencioso y, en ciertos momentos, con un peso sonoro que roza la gravedad.

En resumen, Caravan marca un camino: la senda que más adelante sería reconocida como el alma misma del "Rock Progresivo de Canterbury". Desde sus primeros acordes, el debut de Caravan deslumbra. Su performance es pura destilación de aquella vanguardia refinada que latía en los días de oro. “Melodías delicadas y elegancias pop que se visten de jazz y se emborrachan de lisergia para fecundar himnos de imperecedera belleza” —esa sigue siendo, sin dudarlo, la mejor definición que tengo para esta obra.

Contraportada del acetato donde apreciamos a la banda en el furor del 68.

Mis impresiones no pueden ser más altas. Tras haberme perdido en las tierras mágicas de In the Land of Grey and Pink, este primer disco no deja de sorprenderme: revela ya el germen de algo mayor, de un universo aún en construcción. Aquí, Caravan modela su identidad: todavía verde en algunas aristas, pero ya portentosa en la intuición y el instinto. Se palpan las intenciones en los arreglos, en las estructuras, en los pequeños gestos que van dibujando una visión concreta. Cada músico suena aventurero, entregado, fresco; aunque todavía no del todo maduro. El tiempo y las obras futuras pulirán el diamante que aquí apenas asoma, pero Caravan es, sin lugar a dudas, el primer latido auténtico de su legado. Esta obra es la semilla que el germen sembró, el punto de partida de una generación que soñó con cielos más amplios. Un disco esencial para sumergirse en las aguas tranquilas y profundas de Caravan, y empezar a comprender su particular hechizo. Hasta más vernos.

Mini-datos:
  • La banda estaba por compuestos por los antiguos Wilde Flowers, sus miembros eran el vocalista y guitarra Pye Hasting, el bajista y vocalista Richard Sinclair el teclista David Sinclair y el batería Richard Coughlan.

  • Portada alterna perteneciente al sello británico MGM - 2353 058 SELECT

  • El relanzamiento del CD de 2002 incluyó dos versiones completas del álbum, en su mono original y en estéreo , y una pista adicional "Hello Hello" que originalmente se había publicado como single.

01. Place of my own
02. Ride
03. Policeman
04. Love song with flute
05. Cecil runs
06. Magic man
07. Grandma's lawn
08. Where but for Caravan would I be

CODIGO: C-44



Nota: Para apreciar el arte de la portada  alternativa click en el enlace. 
https://tinyurl.com/5e9cejdx

Anexo: 

Caravan - In the Land of Grey and Pink 

Desde los primeros pasos tambaleantes del debut homónimo hasta este jardín de delirio rosado, la Caravan no tardó en encontrar su verdadero color. In the Land of Grey and Pink es la madriguera encantada del sonido Canterbury: un mundo de cuentos torcidos, jams acolchonados y teclados que flotan como nubes de mermelada sobre colinas psicodélicas. Aquí, la realidad se disuelve con té de melotrón.


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