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Japón Freak: Blues Creation - Demon & Eleven Children


Rollicking groovy rock. While the self-titled first album was made up of covers of English songs this is completely original material sung in English. The vocals are not very legible but hey, the guitar more than makes up for it. Highly recommended for fans of hard rock in the vein of Led Zepplein, Deep Purple. Etc.

Great sleazy, fuzz-y, and hairy hardrock, ideal for hitting the bong. Sure the songs all basically sound the same, but don't worry - you'll soon be too stoned to notice.

Tight heavy psych blues, with some tracks sounding NWOBHM-ish years before New Wave Of British Heavy Metal ever took place. All-time classic, put it alongside with Budgie, Sir Lord Baltimore, Black Sabbath, Deep Purple, etc.

Demonios y Distorsiones: El Ritual de 'Demon & Eleven Children

En el corazón de la escena underground japonesa de los 70’s, una banda encendía fuego entre los escombros del flower power: Blues Creation, liderados por el infalible guitarrista Kazuo Takeda, lanzaba en 1971 uno de los álbumes más incendiarios de su país: Demon & Eleven Children.

Considerado por muchos como uno de los discos más pesados surgidos del Japón de aquella época, el álbum es un viaje directo hacia el exceso, la distorsión y la psicodelia ácida. Aquí no hay espacio para concesiones: cada pista es una embestida de riffs demoledores, solos embrujados y una atmósfera que recuerda a lo mejor del hard rock británico. El espíritu de Black Sabbath acecha en cada rincón, mientras la energía cruda y lisérgica de Cream y Deep Purple se filtra como electricidad por los poros. El sonido que construye Blues Creation es compacto, denso y filoso. Un proto-metal que raspa, arrastra y deslumbra. Canciones como "Atomic Bombs Away" anticipan sin pudor la estética stoner que vendría décadas después. "Just I Was Born", por su parte, despliega una ejecución versátil y vertiginosa, donde los cambios de velocidad llevan al oyente a un clímax abrasador. Y el cierre, con la monumental "Demon & Eleven Children", es un torbellino de influencias bien digeridas y llevadas a un lenguaje propio: cambios de ritmo, destellos psicodélicos y una actitud rabiosa que sella el manifiesto sonoro de la banda.

No todo es perfecto: piezas como Mississippi Mountain Blues o One Summer Day rompen con la intensidad inicial y bajan un poco la adrenalina. Sin embargo, esta última logra redimirse al formar, junto a Brain Buster y Sooner or Later, una suite no oficial de 10 minutos que funciona como un puente atmosférico, aportando variedad al conjunto. Demon & Eleven Children no es Satori —la obra cumbre de Flower Travellin’ Band—, pero camina muy cerca de su altar. Es un álbum de culto, rudo y vital, que captura el eco de una juventud japonesa en plena ebullición, atrapada entre la tradición, el caos y el blues psicodélico más devastador.

Impresiones personales: Una caverna azul en la madrugada

Volví a Demon & Eleven Children como quien regresa a una casa antigua que conoció en sueños: con respeto, con ansias, y con esa leve punzada de misterio que deja el tiempo. Lo puse a sonar en la hora precisa, cuando la ciudad ya no molesta y la habitación se transforma en templo: luces tenues, cabeza baja, y un humo azul –imaginario, pero intenso– flotando sobre los parlantes.

Desde que los primeros riffs irrumpen como centellas, la sensación es inmediata: la energía del álbum es real, eléctrica, sagrada. ¡Siempre lo supe!. Este disco nunca defrauda, nunca se desdibuja. Tiene una postura firme, un carácter de hierro y una convicción que muchos álbumes envidiarían. Su sonido es pesado, sí, pero no por volumen, sino por presencia. Como esas personas que no gritan, pero llenan toda la sala. Cada vez que lo escucho, siento que se abre una brecha en la línea del tiempo: no estás solo con un disco japonés de 1971, estás con una entidad sonora que huele a óxido, a cuero viejo, a amplificador humeante. Y ahí está Kazuo Takeda, entregado a esos riffs que nacen con furia, reptan con lisergia y se sueltan como una bestia negra sobre los parlantes. La ejecución instrumental es más que cumplidora: es ardiente. La batería golpea con nervio, la guitarra guía el viaje, y aunque la voz no siempre alcanza la estatura del fuego que la rodea, no llega a apagarse del todo. Diría que el talón de Aquiles del disco está ahí: en lo vocal, y en un par de canciones que bajan la guardia, haciendo tambalear por momentos esa sensación tan embriagante que te arrastra desde la primera pista. Pero encontré una forma de escucharlo que reaviva todo: comenzar por ese tridente imbatible —Atomic Bombs Away, Just I Was Born y Demon & Eleven Children—, pasar luego por la suite secreta de One Summer Day, Brain Buster y Sooner or Later, y finalmente lanzarse a las demás con los sentidos ya saturados y abiertos. Así, el álbum mantiene su espíritu intacto, ese feeling proto-metal que lo hace tan único, tan visceral.

No es perfecto, pero ¿acaso el culto lo es? Es más bien una liturgia de la imperfección poderosa, del caos controlado, del vértigo que se siente al asomarse a una caverna sin fondo. Es un disco para perderse, para encerrarse con uno mismo y dejar que la música haga el resto. Y así fue. Me fui con él una vez más, como en las viejas madrugadas, cuando el mundo era otro, o tal vez igual, pero más soportable al ritmo de una guitarra saturada. Ahora la realidad se cuela por las ventanas con otro rostro —una “nueva normalidad” que se siente más bien como una absurda subnormalidad—, y entonces uno se pone los auriculares, baja la mirada, y deja que el sonido lo cubra como una manta rota pero cálida. Demon & Eleven Children no es solo un disco: es un conjuro. Y esta noche, volvió a cumplir su hechizo. Hasta más vernos.

Mini-datos:
  • Las ideas siempre partían desde las visiones de Kazuo Takeda, su líder fundó la banda el mismo año de su auto-titulado álbum (1969)

  • Fueron conocidos como Blues Creation desde 1969-1972 y después de una pausa de tres años regresaron como Creation en 1975.

  • Blues Creation se formó en 1969 por los guitarristas Kazuo Takeda y Koh Eiryu y el cantante Fumio Nunoya tras la disolución de su grupo The Bickies.

  • Kazuo Takeda ha lanzado más de 20 álbumes en solitario, incluido Super Rock in the Highest Voltage de 1978.

01.Atomic Bombs Away
02.Mississippi Mountain Blues
03.Just I Was Born
04.Sorrow
05.One Summer Day
06.Brain Buster
07.Sooner or Later
08.Demon and Eleven Children


CODIGO:@



Nota: Para apreciar la portada desplegable click en el enlace. Gracias
https://tinyurl.com/548czbm9

Anexo:

Black Sabbath - Same 

Un trueno en forma de riff. La niebla de Birmingham engendra este conjuro oscuro y seminal.El debut de Black Sabbath es más que un disco: es la apertura del portal a lo desconocido. Campanas, riffs malditos y un terror primigenio que aún resuena en el subsuelo del rock. Si buscas el primer pacto entre la distorsión y lo oculto… has llegado al altar correcto.

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