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Krokodil - An Invisible World Revealed


As uniquely compelling as its awesome cover (which looks like the crocodile from "Peter Pan" if Never Never Land was in hell and the Disney animators were on acid). Strummed acoustic guitars slathered in layers of mellotron and echoing distorted harmonica, long bluesy sitar laced jams. Though not as good, reminds me a bit of fellow Swiss krautrock (yeah, I'm not sure I understand the tag in these cases either) group Brainticket's "Psychonaut" album, which can only be a good thing- that's one of my favorite albums ever. From sampling Krokodil's other albums, they never really made another album like this- their usual style was more typical blues rock. Which is a damn shame, but at least we have this.

As uniquely compelling as its awesome cover (which looks like the crocodile from "Peter Pan" if Never Never Land was in hell and the Disney animators were on acid).

Misterios de un Mundo Invisible: Fusión, Delirio y Magia

Hay discos que se escuchan y otros que se sienten. Y luego están aquellos que se infiltran en tu conciencia como un vapor denso, sin pedir permiso, sin advertencia alguna. An Invisible World Revealed de Krokodil fue uno de esos. Lo encontré en una pira-tienda, escondido entre pilas de CDS que el tiempo había olvidado. La portada me atrapó al instante: una imagen extraña, perturbadora, como si alguien hubiera capturado un sueño febril en una sola toma. Lo sostuve por un momento, sintiendo el peso de su misterio, y supe que tenía que llevármelo.

Esa noche, mientras la ciudad dormía y la única luz era el resplandor tenue de un foco ámbar, puse el disco en el plato, luego PLAY y un zumbido casi imperceptible desprendió… y luego… un torbellino de sonidos me envolvió…

Interior del vinilo en donde se aprecia a la banda en una postura ritual-mística.

Impresiones Personales: Un pasadizo entre sombras y colores

La primera vez que sostuve An Invisible World Revealed en mis manos, sentí que la portada me devolvía la mirada. Aquella imagen espectral, un híbrido entre lo grotesco y lo psicodélico, me susurraba que estaba a punto de sumergirme en algo más que un simple álbum. Y lo supe en cuando el disco comenzó  girar en el plato.

El sonido emergió como un espejismo en el desierto: una guitarra con tintes blueseros se entrelazaba con un sitar errante, mientras una base de bajo profunda y tribal marcaba el compás de un ritual sónico. Krokodil no componía canciones; invocaba visiones. Y con cada acorde, me arrastraban más hondo en su alquimia de sonidos. El blues de raíz pesaba en los cimientos de su estructura, pero pronto se veía envuelto por el humo denso del krautrock. Los sintetizadores y el mellotron pintaban cielos turbulentos sobre un paisaje donde la psicodelia y el folk se daban la mano en un pacto secreto. Y luego, de golpe, el Indo/Raga Rock emergía como una serpiente hipnótica, envolviendo cada nota en una danza cósmica.

Este álbum no es un paseo. Es un viaje. Pero no un viaje plácido ni predecible, sino uno donde los senderos se desvanecen bajo tus pies y las atmósferas cambian de color en un parpadeo. Hay momentos de éxtasis lisérgico, pero también de densa incertidumbre. Hay pasajes donde la música se torna brumosa, enigmática, como si la banda estuviera canalizando un lenguaje que solo se entiende con los sentidos amplificados. Puedo imaginar la escena en los estudios de Dieter Dierks: los suizos fascinados con el poderoso mellotron, explorando sus posibilidades como un alquimista ante una mesa repleta de sustancias desconocidas. Y vaya si supieron usarlo. Ese sonido etéreo impregna tres de las seis pistas, dándoles una cualidad onírica, como si Krokodil estuviera abriendo un portal a dimensiones paralelas.

¿Es krautrock? ¿Es blues? ¿Es una criatura sin nombre? Qué más da. A veces la música no necesita etiquetas, sino ser sentida en su esencia más pura. Y este álbum se siente como una revelación. Una que aparece en la penumbra, entre la bruma del incienso y el eco de un sitar. Lo demás es historia. O quizás, un sueño del que no queremos despertar. Hasta más vernos.

Mini-datos:
  • Krokodil fue una banda suiza que surgió a finales de los 60's como una banda de Blues&Rock que puso toques progresivos en su música. Eran de origen germano-suizo, siendo el bajista/guitarrista Terry Stevens el único extranjero de la banda (procedente de Inglaterra). Fueron considerados como la versión suiza de Groundhogs debido a su primer álbum. Sin embargo, desde su segundo álbum Swamp comenzaron a introducir un sonido psicodélico en su música, un sonido que es muy dominante en comparacion con Invisible World Revealed.

  • El álbum fue producido por Dieter Dierks, el grabo y mezclo el álbum. Cuenta la historia que la banda estaba muy entusiasmada por grabar en su estudio ya que contaba con un equipo de vanguardia que incluía un poderoso mellotron. La banda supo utilizarlo muy bien, 3 de las 6 pistas tiene aquel sello "mellotronico".

01. Lady Of Attraction
02. With Little Miss Trimmings
03. Oddyssey In Om
04. Green Fly
05. Looking At Time
06. Last Doors
Bonus
07. Pollution
08. Krokodil Session Part 1  
09. Krokodil Session Part 2

CODIGO: A-11



Nota: Para apreciar el arte de la portada, click en el enlace. 
https://i.ibb.co/nbPKYYs/xx1.jpg

Anexo: Huellas en el lodo eléctrico (Krokodil - Swamp)

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