Socrates Drank the Conium - Same
This platter is great trippy hard rock from a group of good musicians. A little hard to believe that this came out of Greece at this time. Outstanding guitar and bluesy vocals make this a fine listen. Get a mental adjustment and put on headphones and rock on.
Socrates Drank the Conium (1972): La alquimia del rock griego
En la encrucijada entre la tradición y la revolución, Grecia ardía en incertidumbre. La dictadura de los Coroneles teñía las calles de sombras, pero la música—siempre irreverente, siempre libre—seguía encontrando grietas por donde colarse. En los bares humeantes y en los clubes subterráneos de Atenas, un trueno eléctrico comenzaba a rugir.
Socrates Drank the Conium, trío que parecía haber destilado la esencia del hard rock británico en una copa de ouzo, emergía con una propuesta que desafiaba las normas. En un país donde el rock aún era una criatura joven y los sonidos progresivos apenas se insinuaban, ellos llegaron con guitarras filosas, ritmos incandescentes y una presencia que no pedía permiso. Su álbum homónimo de 1972 no fue solo un puñado de canciones; fue un desafío, una declaración de principios. Un torbellino de blues eléctrico, psicodelia y fuerza bruta que conectaba a Grecia con el pulso de bandas como Cream, Led Zeppelin y Ten Years After, pero con un carácter indomable y una identidad que no se podía confundir. Era un disco nacido de la necesidad de expresión, del choque entre la opresión y la libertad que solo el rock puede brindar. Así, en medio de un país en tensión, Socrates Drank the Conium construyó su altar eléctrico. Un monumento de riffs y ritmos que, décadas después, sigue sonando como un relámpago atrapado en vinilo.
Impresiones Personales: El eco eléctrico de Atenas
En 1972, mientras el rock progresivo dominaba el firmamento musical y los gigantes de la psicodelia evolucionaban hacia estructuras más complejas, en Grecia emergía un sonido electrizante, un eco distorsionado de las influencias británicas y americanas, pero con una identidad que se gestaba en sus propios cimientos. Socrates Drank the Conium, el álbum homónimo de la banda ateniense, no solo es una muestra de la ebullición musical de la época, sino también un testimonio de cómo los ecos del blues, la psicodelia y el progresivo primigenio podían encontrar un punto de intersección en un lugar tan inesperado como Grecia.
Este no es un disco que se adhiera completamente a una etiqueta. No es netamente progresivo, pero tiene elementos de ese germen proto-progresivo que comenzaba a florecer: cambios de tiempo impredecibles, una ejecución técnica que roza lo experimental y una vena artística que lo separa del simple hard rock de su tiempo. Lo suyo es más bien un caso de prog related, una obra que absorbe la influencia progresiva sin entregarse del todo a ella. Es un rock psicodélico con aristas afiladas, un ente que transita entre la electricidad del blues pesado y la sofisticación tímbrica de lo progresivo, sin perder un ápice de autenticidad. Lo que hace a este disco especial no es solo su sonido, sino su contexto. En un año donde King Crimson, Yes, Genesis y Emerson, Lake & Palmer ya estaban moldeando el futuro del rock progresivo, Socrates Drank the Conium parecía llegar a esa corriente con un leve retraso, pero con una convicción inquebrantable. No buscaban emular, sino adaptarse, evolucionar. Se trata, en esencia, de un álbum de transición: un punto de inflexión en el que la banda ajusta su brújula sonora, anticipando lo que vendría después. Su siguiente disco sería la confirmación de ese giro, pero aquí es donde la chispa inicial brilla con fuerza.
Lo interesante de revisitar este álbum es cómo la percepción cambia con el tiempo. En su momento, la memoria lo guardaba como una obra cruda, pesada y visceral, pero ahora, con una escucha renovada, se revela como un viaje ácido, con una psicodelia bien dosificada y una estructura que, aunque robusta, se siente más fluida y exploratoria. La pesadez sigue ahí, pero no en clave heavy, sino en una especie de gravedad sonora que lo hace intenso sin volverse abrumador. Los riffs afilados, las secciones de blues eléctrico y la tensión instrumental recuerdan inevitablemente a referentes como Cream, The Jimi Hendrix Experience, Led Zeppelin e incluso los primeros experimentos de Black Sabbath y Spirit. Esa alquimia sonora—la combinación del hard rock/blues con tintes progresivos y una ejecución visceral—es lo que hace de Socrates Drank the Conium un álbum único dentro de la escena griega y un hito dentro de su historia musical.
A
más de cinco décadas de su lanzamiento, sigue siendo un testamento de una banda
que supo leer su tiempo y transformarlo en algo propio. Un disco que, sin haber
sido el epicentro de un movimiento, sí dejó una huella imborrable en la memoria
del rock de culto.Hasta más vernos.
- La banda nace en Atenas en 1969.
- Su álbum homónimo desafortunadamente fue grabado con una producción muy pobre, y eso afecto en medida el increíble talento de sus creadores. Si este álbum hubiera salido con una mejor producción de sonido, otro hubiera sido el resultado.
- En 1976 "Socrates" junto con Vangelis se aventura a una maravilla de su tiempo llamado Phos, la obra es considerada uno de los mejores trabajos de la época y de lo más alabado y reconocido de la banda.
- Yannis Spathas se convirtió con el tiempo en un guitarrista de culto.
- En 2002, Sócrates se reunió (en una forma expandida,) para hacer shows en Grecia. Esta alineación permanece activa hasta el día de hoy.
01.Live in the Country
02.Something in the Air
03.Bad Conditions
04.It's a Digusting World
05.Close the Door and Lay Down
06.Blind Illusion
07.Hoo Yeah!
08.Underground
09.Starvation
CODIGO: B-4
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