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Whisbone Ash - Same


There are a few bits on this album here and there that don't hit on all cylinders, but hot gosh if it isn't running on full for most of the time. An incredible debut, the blazing guitar work stands out more than anything, especially with blues rockers like "Blind Eye." I'm not too taken away with the A side, though it's certainly more than comparable blues rock with a hard edge. Side B is where we get taken into another realm, with great instrumentation and structure. Both "Handy," and "Phoenix" are true standouts and are simply magical to get into.

….A bit raw here and there maybe, and some of the longer tracks can meander a bit but if you stick with them they always produce something memorable!

Wishbone Ash: Cuando el relámpago es joven y no conoce el miedo

Hay discos que no se escuchan, se presienten. Que uno no encuentra, sino que lo esperan, en silencio, hasta que llega la hora exacta para desplegar su hechizo. Así fue con el debut de Wishbone Ash. Una noche cualquiera, buscando algo que no sabía nombrar, tropecé con esos acordes mellizos que parecían venir de dos guitarras que hablaban entre sí en un idioma secreto, eléctrico y antiguo. Y desde entonces, ese álbum me acompaña como una primera visión de algo que aún arde en mí.

Lo que encontré no fue solo un buen disco de Hard Rock, fue un territorio inexplorado. Un mapa primitivo de lo que después llamaríamos Prog, con pinceladas de psicodelia y un alma intensamente blusera. En este primer golpe, Wishbone Ash no temen errar. Se lanzan al vacío con la seguridad de quien todavía no ha aprendido a dudar. Sus guitarras gemelas —que después serían su firma— ya dan vueltas como aves de rapiña sobre un paisaje de bajo robusto y batería justa. La música no sólo suena, se alza. Cada tema en este debut tiene la efervescencia de lo nuevo, ese ímpetu que no se aprende, que simplemente se tiene o no. Y ellos lo tenían todo: talento, frescura, potencia. Su sonido es esquizoide y juguetón, como si el blues se hubiera tomado una copa de ácido con el rock pesado y hubieran decidido bailar al borde del abismo. Hay pasajes que acarician el progresivo con una tímida ambición, aún sin alcanzar la madurez total, pero apuntando claramente hacia ella.

Portada del EP (singles)

Este disco, más que canciones, ofrece señales. “Aquí hay algo”, parece decir en cada corte, “algo que aún no sabes cómo se llama, pero que vas a querer seguir.” Y ese algo se llamaría Argus, unos pasos más adelante, cuando la banda alcance su cenit. Pero aquí ya estaba el germen. En cada riff, en cada giro melódico, en esa osadía temprana que solo tienen los que aún no conocen los límites. Lo más bello de este álbum es que no intenta ser perfecto. No quiere ser definitivo. Quiere ser el comienzo. Y lo logra con creces. Las canciones fluyen con naturalidad, sin quebrar nunca el ritmo, incluso cuando bajan la intensidad. Hay algo hipnótico en su manera de construir climas, de fundir lo cañero con lo contemplativo. Y todo eso sin traicionar su raíz de Hard Rock bien plantado, pero curioso, abierto a lo nuevo.

Escuchar este debut es como abrir una ventana en los setenta y dejar que el viento entre con fuerza. No ha perdido un ápice de su encanto. Sigue tan imponente como aquel primer día en que lo escuché, con esa magia impalpable que tienen los discos que no envejecen, porque fueron hechos desde el instinto. Para quienes aún no han cruzado la puerta de Wishbone Ash, este álbum es la llave perfecta. La antesala de una evolución que marcaría su lugar en la historia del rock con letras grandes y guitarras gemelas. Y si vas a sumergirte en su universo, déjate atrapar por sus tres primeros trabajos. Es allí donde se revela el espíritu completo de una banda que supo mirar hacia adelante sin perder la raíz. Hija de su tiempo, sí. Pero también una criatura eterna. Y sin duda, una obra de culto. Hasta más vernos.

Mini-datos:
  • Son famosos por haber popularizado el término "guitarras gemelas", que más tarde emplearían bandas de hard rock y heavy metal como Thin Lizzy, Iron Maiden y Judas Priest.

  • La banda se formó en Devon (Gran Bretaña) en octubre de 1969, procedente de las cenizas del grupo The Empty Vessels, en el que se encontraban Martin Turner (bajo/voz) y Steve Upton (batería/percusión). Tras el abandono del hermano de Martin, Glenn Turner (guitarra/coros), se publicó un anuncio en la revista Melody Maker al cual respondieron los guitarristas/vocalistas Andy Powell y Ted Turner (sin relación familiar con Martin). Steve y Martin decidieron probar a ambos guitarristas a la vez en una Jam Session y el resultado no pudo ser mejor, quedando conformada la formación original de la banda. Tras esos primeros ensayos, la banda decidió nombrarse Wishbone Ash y contrató los servicios de Miles Copeland III como máganer.

01. Blind Eye
02.Lady Whiskey
03.Error Of My Ways
04. Queen Of Torture
05. Handy
06. Phoenix

CODIGO: G-14



Anexo:

Zingale - Peace 

Pero si en Wishbone Ash todo es elegancia, orden y vuelo solar, en Zingale – Peace la música tiembla como si la estuvieran tocando con las manos heridas. Desde Israel, esta banda construyó un disco que no quiere impresionar: quiere sobrevivir. Su belleza es frágil, su lirismo casi implora. Las armonías no son un lujo, son una tregua. Escucharlo después de Ash es como pasar de una batalla coreografiada a un testimonio íntimo de lo que queda cuando los héroes ya no están en escena. Un drama progresivo, suave y urgente, donde cada nota parece decir: ‘Estamos vivos… por ahora

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