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Arthur Brown’s Kingdom Come -Journey


Kingdom Come ditch the jokes for standard sci-fi themes, offering up an alienated sounding album which at times reminds me of PIL's Metal Box. Here the real star is not Arthur Brown or Andy Dalby, but the drum machine, whose cold metronomic pulse represents the digitized future which awaits us all.

Very strange space rock album led by a primitive drum machine. Sounds like absolutely nothing else I've ever heard.

This is really goodprog rock with the bizarre and unique charisma of Brown ALL over the place!

Las ondas alfa computan antes de que comenzara la eternidad
Protones solitarios sondeando vastas galaxias
Buscamos un vacío donde la creación una vez gritó "¡OM!"
Capitanes del tiempo
Sintetizamos los rayos que alimentan tu cerebro
Somos capitanes del tiempo

Journey: El Evangelio de los Viajeros Estelares

El año es 1973. La utopía hippie se ha resquebrajado, las flores se marchitan bajo el peso de un mundo desencantado, y la contracultura se ha convertido en un espectro errante, buscando su próximo refugio. Pero mientras unos miran hacia dentro, otros alzan la vista hacia el infinito. El rock progresivo ha comenzado su expansión interplanetaria, los sintetizadores ya no son solo una excentricidad, sino una nueva lengua cósmica, y la ciencia ficción ha dejado de ser una fantasía para convertirse en una profecía.

En este vórtice de cambio, Arthur Brown se yergue como un profeta del futuro. Atrás han quedado los días de The Crazy World of Arthur Brown, cuando incendiaba escenarios y gritaba sobre fuego. Ahora, con Kingdom Come, no busca solo hacer un álbum: quiere trazar un mapa para el viaje definitivo. No basta con canciones, ni siquiera con una narrativa. Necesita una experiencia, un ritual sónico que rompa las cadenas de la música terrestre. Así nace Journey, y con él, una revolución silenciosa. En un acto de visión adelantada a su tiempo, Brown decide reemplazar la batería humana por una caja de ritmos Bentley Rhythm Ace, convirtiendo el álbum en una anomalía futurista, un eslabón perdido entre el rock progresivo, "la electrónica embrionaria" y la liturgia intergaláctica. Las percusiones ya no suenan orgánicas, sino mecánicas, inhumanas, como el latido de una nave a la deriva. Los sintetizadores reptan como corrientes de energía desconocida, los órganos resuenan como coros de una iglesia abandonada en el vacío, y la voz de Brown es la de un viajero interdimensional que ha visto el principio y el fin de todas las cosas. Las canciones no son simples piezas musicales. Son transmisiones desde otro plano, fragmentos de una ópera cósmica que nunca se escribió, ecos de un universo que solo existe en la vibración del sonido. Journey no fue comprendido en su tiempo. Era demasiado extraño, demasiado adelantado, demasiado… de otro mundo. Pero como todo mensaje lanzado al éter, su destino no era la inmediatez, sino la permanencia. Porque en la inmensidad del espacio, la música no desaparece. Solo sigue viajando.

Impresiones personales: Ecos de un Ritual en las Estrellas

Un álbum que nunca deja de sorprenderme. Su performance es una carga de sensaciones encontradas, una obra que cala profundo de una u otra manera. Desde el inicio, su atmósfera psicodélica-espacial oscura y ácida te atrapa sin remedio. Es un disco teatral, con un dramatismo grueso y envolvente que lo hace único. Los sintetizadores y la opresora y bizarra visión artística de Arthur Brown son sus mayores fortalezas. Gracias a ello, Journey alcanza una dimensión deslumbrante y llamativa, convirtiéndose en una experiencia sonora intensa e inolvidable. Este último trabajo de Arthur Brown’s Kingdom Come se desarrolla dentro de un paisaje sonoro sideral, construido con un sinfín de artilugios electrónicos. Como mencioné, los sintetizadores y ese arsenal sonoro generan un efecto altamente sugestivo. Sin embargo, por momentos, el exceso de artificios parece llevarlo al borde del atascamiento, aunque sin hacerle perder su esencia. Es un álbum denso, oscuro, pesado, espacial, cubierto por una atmósfera extraña y diseñado con arreglos rimbombantes, cambios de tiempo, pasajes oníricos, texturas fantásticas y una extravagancia psicodélica que lo eleva. No hay duda: estamos ante una obra de culto. La banda cumple con su papel de manera impecable, sin perder el hilo ni tambalear en la ejecución. Los instrumentos alcanzan un equilibrio casi perfecto, aunque en ciertos momentos la ambición los hace desbordarse—pero eso es parte del encanto. Su fórmula no se desgasta, se mantiene innovadora dentro de su propio caos. Y la actuación vocal de Brown aquí es sencillamente bestial: un intérprete que parece contener sus demonios solo para liberarlos en ráfagas de furia enajenada, como si quisiera arrasar con todo a su paso. Eso es lo que llamo magia en escena.

Journeyes la definición más pura del Space Rock. Y aunque algunos lo cataloguen como un álbum de mediano peso, inflexible o sin una gran armadura conceptual en sus letras, para mí siempre será una de las piezas más memorables y esenciales del género. Épico y siniestro, es un trabajo fundamental dentro de su universo. Por cierto, el proyecto Kingdom Come no murió tras este álbum. En 1975, uno de sus integrantes, Victor Peraino, tomó el mando y lanzó su propia aventura cósmica: No Man’s Land, una obra con el mismo linaje estelar que Journey y un auténtico crossover de estilos. Años más tarde, Peraino retomó las sendas del álbum original y en 2014, con Brown como invitado, dio vida a Journey in Time, un disco que rinde homenaje y prolonga el legado de esta odisea sónica. Hasta más vernos.

Mini-datos:
  • El álbum fue el primero en la historia en utilizar una "caja de ritmos" (drum machine) responsable de todos los sonidos de percusión del álbum. La caja de ritmos en cuestión era la Bentley Rhythm Ace, fabricada por Ace Tone. Aunque la banda había comentado que el álbum estaba completamente basado en la caja de ritmos, la banda intentó, en términos de rock y electrónica, crear un álbum que fuera lo más cercano que pudieran estar "a un cuarteto de cuerdas ". El álbum presenta otras técnicas experimentales, incluido el uso de un triángulo para guiar la interpretación de la guitarra y el uso extensivo de Mellotron y sintetizadores del nuevo miembro Victor Peraino, quien reemplazó a Michael "Goodge" Harris al principio de la producción.

  • El álbum no fue un lanzamiento popular, aunque ha pasado a ser considerado como un álbum revolucionario e innovador que se adelantó a su tiempo. Aunque se pasó por alto en el momento del lanzamiento, ha recibido críticas retrospectivas generalmente positivas de los críticos.
  • Journey estaba tan adelantado a su tiempo que hay que seguir revisando la carátula para asegurarse de que realmente diga 1973 y no 1983" y que el álbum "no solo era la obra maestra de Arthur Brown, sino también uno de los álbumes verdaderamente grandes de los años setenta

01. Time captives
02. Triangles
03. Gypsy
04. Superficial roadblocks
05. Conception
06. (Beginning of)
07. Spirit of joy
08. Come alive

CODIGO: @



Nota: Click en el enlace para apreciar la portada perteneciente al sello norteamericano Passport. https://tinyurl.com/mrd9ph54

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