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Incredible Hog - Volume 1


Great, raw, bluesy and psych hard rock from UK. The rocker tracks are rough and powerful, with a crude sound and vocals that reminds a little of Robert Plant. The 2 - 3 semi ballads are very inspired and have an underground, dark, cryptic and mysterious atmosphere that makes listening very pleasant and interesting.

El Rugido del Cerdo: Psicodelia Pesada para Iniciados

En algún rincón olvidado del 1973, cuando el hard rock británico ya empezaba a sonar como un rugido industrial y las flores psicodélicas se marchitaban bajo una lluvia ácida de distorsión, surgió una criatura salvaje… Incredible Hog, trío de jinetes del caos compuesto por Ken Gordon (voz y guitarra), Jim Holmes (bajo) y Tony Awin (batería), se lanzó sin red al abismo sonoro bajo la bandera de Dart Records, pariendo un único disco tan inclasificable como fascinante: Volume I.

Producido por Roger Watson, este álbum es una fuerza primitiva, un grito eléctrico desde las cavernas del underground. Aquí se cruzan caminos polvorientos del psycho electric blues, acid rock, heavy psicodelia, power ballads y un hard rock que parece cincelado con colmillos. Es música para espíritus inquietos, para buscadores de sonidos duros y pasadizos mentales oscuros, donde la creatividad y el salvajismo se funden como lava. Si te consideras un “huaquero” del rock, esta es una de esas joyas que no pueden faltar en tu altar personal. Porque hay discos que te cuentan una historia. Y hay otros, como este… que te muerden la garganta.

Contraportada del vinilo donde apreciamos a la banda.

Impresiones Personales: Rock de Marranos Místicos

Furia porcina en 10 poderosos hits que te detonan sin piedad. Volumen 1 es una manifestación brutal de la insurgente psicodelia pesada que avanza a ritmo trepidante y sin tregua. La experiencia es abrumadora, impactante: el disco suda proto-metal y lisergia por cada uno de sus surcos, y te aplasta sin piedad con sus riffs demoledores.

Una experiencia intensa, ideal si lo que buscas es adrenalina en cuerdas encendidas y pronunciamientos cargados de electricidad. La banda —que sabe muy bien cómo moverse por esos linderos afilados entre el acid rock, el blues en ácido y el hard primitivo— reparte golpes infames y certeros. Canciones como “Lame” te agarran de la solapa y te sientan de un cocacho sónico, para luego arremeter con furia total. “Tadpole” es otro estallido proto-metalero: ráfaga sucia, directa, sin miramientos. Pero no todo es atascamiento duro, compacto y metálico: también, entre puñal y puñal, te deslizan caricias raras. La balada power “Execution” o la elegante y dócil “Walk theRoad” dan aire, contraste, y profundidad emocional. La sesión está bien equilibrada, repleta de momentos filosos y vibrantes. La calidad fiera de la banda se percibe en cada rincón del álbum, y eso se agradece. Este viaje vibra fuerte, cadenciosamente, sin dar un solo instante de descanso. Una de las cosas que hacen que esta obra tenga un carácter casi dimensional es que empieza con un puñete en la cara… y termina con un beso cálido en la boca. No hay duda: estamos ante un trabajo sólido, que en ciertos momentos puede sonar familiar dentro de sus márgenes, pero que cuanto más avanza, más revela una esencia propia, cruda, vital y letal. Excelente y sólida base instrumental, con enfoques de psicodelia pesada que huelen a futuro, a lava pre-metálica en plena erupción. Hasta más vernos.

Mini-datos:

  • Una banda sin padrino, pero con alma sucia y gloriosa: A pesar del talento y sonido avasallador de Incredible Hog, la banda no contó con el respaldo de ningún gran sello. El álbum fue editado por Dart Records, un sello prácticamente desconocido que no supo (ni pudo) distribuir bien el disco. Eso condenó al trío a la oscuridad... hasta que los coleccionistas comenzaron a descubrirlo décadas después.

  • La producción la manejó Roger Watson… y se nota: El productor del álbum fue Roger Watson, quien si bien no tiene una hoja de vida demasiado amplia en el rock, fue clave en darle al disco ese sonido crudo, denso, directo y sin maquillar. Watson dejó que la banda se expresara libremente, permitiendo que el sonido sucio y crudo de las guitarras y la batería respirara sin tanto filtro. ¡La mezcla huele a amplificador caliente!

  • La portada es un misterio con colmillos: El cerdo de la portada, una mezcla entre lo grotesco y lo simbólico, no tiene una explicación oficial. Se especula que representa el desprecio de la banda hacia la industria musical o el sistema británico de aquel entonces. Lo que sí es cierto: se convirtió en una imagen icónica del underground y es buscadísima por los coleccionistas de vinilos oscuros de los 70.

  • Sólo hicieron este disco… pero tenían material para un segundo: Tras el lanzamiento de Volume 1, la banda tenía varias canciones nuevas listas para grabar un segundo álbum. Incluso llegaron a tocar en vivo algunos de esos temas, pero el fracaso comercial del primero los dejó sin apoyo. Esas canciones permanecieron inéditas por décadas, hasta que en 2010 se editó una reedición con varios bonus tracks rescatados del olvido.
01.Lame
02.Wreck My Soul
03.Execution
04.Tadpole
05.Another Time
06.Warning
07.Walk The Road
08.There's A Man   
09.To The Sea
10.Losing Myself

CODIGO: A-26


 


Anexo:

Road - Same

Y si después de ser embestido por el cerdo eléctrico todavía te quedan vértebras sanas, date una vuelta por el Road de 1972. Este trío infernal —Noel Redding (ex-Hendrix), Rod Richards (ex-Rare Earth) y Leslie Sampson— se lanza por una carretera sin ley, donde el fuzz es espeso como alquitrán caliente y la psicodelia suena a resaca de anfetaminas y desamor. Un disco salvaje, crudo, directo, que mezcla hard rock, blues tóxico y un espíritu vagabundo que huele a cuero viejo y mota olvidada.



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