Jacula - In Cauda Semper Stat Venenum
Whether it was recorded in '69 or '89, the combination of church organ, minimal, pounding drums, repeated Latin phrases, Black Sabbath guitar, and baroque piano is undoubtedly unique. Furthermore, it's a combination that works, producing a result much more evocative than a mere "novelty" record. "Fake" or not, Jacula were the "real" thing, a pagan band of the highest order.
Pre Black Metal very good Occult rock
He escuchado in cauda semper stat venenum pero solo fue Magister Dixit la cancion que considero una obra maestra del ocultismo. Pero me atrevo a decir que esta banda es tan underground equiparable a Diamanda Galaz, Elend, Mehisto walz, clair obscure, lycia, Militia Christi e incluso requiem in white.
Conocì el segundo
disco de JACULA gracias a tì,mi querido amigo.Luego descubrì èsta obra,ya con
el antecedente de la anterior,que me pareciò màs oscura aùn.
Pero coincido con
el amigo Anònimo:ambas son Magistrales!!!.
Un gran
Abrazo.RAÙL.
En verdad una obra magistral, que belleza, que
obscuridad, que maldad ! esto es lo que yo llamo una obra de las mismas
tinieblas,
Salve JACULA !
Ave JACULA !
Hails JACULA !
A la sombra del órgano, algo despierta
En la bóveda del
silencio, donde el tiempo se retuerce,
y el polvo danza al
compás de plegarias olvidadas,
una nota resuena…
no es música: es sentencia.
No nace del arte,
ni de la carne,
sino del eco de un
rezo maldito
escrito con tinta
de sangre
en un pergamino que
nunca debió leerse.
Aquí no hay
acordes, hay conjuros.
No hay melodías,
hay exhumaciones.
Un órgano llora en
latín.
Un espectro se
arrodilla ante un altar profano.
Y en medio del
humo,
una voz —ni humana
ni celestial—
nos dice que el
veneno siempre espera al final.
El eco del órgano negro: ocultismo y revelaciones en el corazón de la vieja Europa
A fines de los años 60, mientras los hippies danzaban con flores en el pelo al ritmo de la luz, en ciertas catacumbas culturales de Europa, comenzaban a despertarse fuerzas mucho más oscuras. El rock, que en Londres hacía pacto con el glam y en San Francisco predicaba el amor libre, en los callejones medievales de Milán y las criptas de Praga se volvía liturgia, conjuro, misa negra. Había quienes no querían solo tocar... querían invocar.
Fue en este contexto donde surgió Jacula, un proyecto musical tan marginal como maldito, liderado por el misterioso organista Antonio Bartoccetti, acompañado por la médium Doris Norton (sí, médium en serio, no solo tecladista) y una atmósfera densa como el humo de un incensario antiguo. Su álbum debut de 1969, In Cauda Semper Stat Venenum (traducción del latín: “Al final de la cola siempre está el veneno”), fue más un grimorio sonoro que un disco de rock convencional. Grabado —según algunas versiones— en una iglesia consagrada con un órgano de tubos real, este trabajo se propuso invadir la música con el aura del esoterismo más visceral. Mientras en Inglaterra Black Sabbath apenas tanteaba los límites del horror con riffs pesados y referencias al diablo, Jacula ya estaba sumergido hasta el cuello en la imaginería ritual, el latín eclesiástico, la alquimia, y una teatralidad que convertía cada nota en un exorcismo musical. No se trataba solo de estética, se trataba de atmósfera, de sugestión, de abrir portales. Era Europa mostrando que también podía conjurar sus propios demonios, no con guitarras bluseras, sino con clavicordios, letanías y melodías salidas de una película expresionista alemana.
Y si In Cauda… quedó durante décadas en el rincón más umbrío del culto musical, no fue por falta de potencia. Fue porque era simplemente demasiado pronto… o demasiado real. Un álbum maldito, grabado con más intención de perturbar que de entretener, que finalmente ha sido redescubierto por buscadores de lo extraño, lo oculto y lo radical. No es solo música: es una experiencia mística que te mira desde la oscuridad, con túnica negra y ojos de siglos.
Impresiones personales: De Sectas e Invocaciones a lo Prohibido
Jacula es una banda italiana de rock progresivo con una naturaleza abiertamente ocultista. Su música posee un trasfondo sombrío, palpable en el uso deliberado de símbolos y atmósferas propias del esoterismo más denso. Su propuesta es radicalmente distinta al paisaje musical de la época, el cual estaba dominado por la psicodelia elegante de Pink Floyd o las estructuras teatrales de Genesis, quienes estaban forjando los pilares del progresivo contemporáneo. Su segunda y más conocida producción, Tardo Pede In Magiam Versus (1973), muestra una mayor cercanía con el progresivo italiano de la época —como el de Le Orme—, haciendo uso protagónico de la voz etérea de Doris Norton y explorando una atmósfera más cercana a la escuela progresiva tradicional, aunque sin renunciar en absoluto a su esencia ocultista ni al eco solemne de los órganos de iglesia que ya definían su identidad sonora. La musica de Jacula se caracteriza por el ocultismo se desprende en cada nota del álbum, y por las atmósferas sombrías que le dan un ambiente bastante sobrecargado a la música de Jacula.
Este primer trabajo de la banda nos evoca en la mente una secta oscura que invoca deidades primitivas. Como los relatos de Lovecraft y los sombríos cuentos de Poe, la música de Jacula nos impulsa al miedo más oscuro. Es una exquisita maquinación macabra, cargada de esa delicadeza que se enraíza en los cimientos del RPI (Rock Progresivo Italiano), y nos conduce por senderos lúgubres y misteriosos gracias a su performance y a la hipnótica presencia de los teclados —la base fundamental del "sonido Jacula"—. Basta oír “Ritus” con los cinco sentidos bien abiertos para captar la esencia de Jacula y toda esa maraña de conceptos que pretendían lograr. Era 1968, y para mí, esta fue quizás la banda más oscura de la vieja Italia. Quizás sí, quizás no… pero no hay duda de que In Cauda Semper Stat Venenum es una maquiavélica sensación sonora que nos empapa el alma con arreglos macabros, cambios de tiempo, efluvios progresivos y delirios pesadillescos. Y es que, en cierta forma, la música de Jacula es una puerta a mundos perdidos. El verdadero encanto de la obra radica en su atmósfera, en cómo la banda crea sensaciones a través de la música. No es una banda sencilla de comprender, y quienes se atrevan a abrir la puerta para ingresar a su mundo estarán descubriendo un sinfín de detalles que hacen de la sesión una misa negra.
Mis impresiones son buenas. La experiencia del álbum es intensa, aunque si uno está acostumbrado a lo extravagante, la experiencia aquí puede resultar difícil de digerir. Como digo, no es una cosa para todos… PERO Jacula es sin duda una experiencia profundamente interesante. Adelantados a su tiempo, con una propuesta llamativa y hasta exótica, la experiencia Jacula es un delirio. Basta escuchar "In Cauda Semper" para sumergirse en esa propuesta macabra que parece sacada de una vieja película italiana de horror gótico de los 70. Siéntate en la oscuridad, cierra los ojos, e imagina que estás con la secta de la sabiduría de las estrellas, invocando al morador de las tinieblas. Advertido estás. Hasta más vernos.
Mini-datos:
- ¿Grabado en una iglesia consagrada? Se rumorea —con incienso y todo— que In Cauda Semper Stat Venenum fue grabado en una iglesia real del norte de Italia, utilizando un órgano de tubos litúrgico que jamás había sido usado para música secular. Nadie ha confirmado la ubicación exacta, pero los ecos no mienten...
- Disco perdido… y luego "resucitado". Aunque supuestamente fue grabado en 1969, el álbum no se publicó oficialmente hasta el año 2001, cuando Bartoccetti “decidió” que el mundo estaba listo. El vinilo original de 1969 ha sido objeto de debate: algunos creen que nunca existió realmente como tirada física. ¿Leyenda? ¿Invención? ¿Maleficio?
- Doris Norton: ¿médium o tecladista? Ambas. Doris Norton, compañera de Antonio Bartoccetti, no solo era la tecladista del grupo… también practicaba la mediumnidad real. Bartoccetti dijo en una entrevista que algunas composiciones nacieron de sesiones espiritistas. ¿Es “Ritus” una transcripción musical del más allá?
- Jacula vs Jacula: ¿la banda que reniega de sí misma? En la reedición moderna del disco, Bartoccetti lo “remasterizó” pero también cambió parte de las pistas originales y eliminó algunas partes clave, lo que ha generado un culto dentro del culto: fans obsesionados con encontrar el verdadero sonido original perdido en la primera grabación.
- El nombre Jacula no viene de Drácula…Aunque todos lo suponen, el nombre Jacula proviene de un grimorio de magia ceremonial, no del célebre vampiro. De hecho, Jacula es también el nombre de una antigua serie de cómics eróticos ocultistas italiana de los 60… pero Bartoccetti niega cualquier relación. ¿O es parte del hechizo?
Anexo:
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