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The Vampires of Dartmoore - Dracula's Music Cabinet


What a stupid fucking album. Five Stars!!!

Del Cráneo al Groove: Rituales Sonoros del Inframundo

“Del oscuro corazón de Europa... donde los laboratorios zumban, las catacumbas resuenan y los vinilos giran bajo la luna llena... llega un sonido prohibido.”

Así podría empezar el tráiler de Dracula’s Music Cabinet (1969), ese engendro musical firmado por The Vampires of Dartmoore, una banda de estudio alemana que decidió convertir el horror en un ritual bailable. Es un álbum que mezcla funk,jazz, pop psicodélico y ruidos de ultratumba, como si los monstruos clásicos hubieran tomado el control de una sesión en Abbey Road justo antes del amanecer. En cada pista se escucha el eco de una época en la que el terror era technicolor, los colmillos brillaban con purpurina, y el miedo tenía ritmo. No hay aquí un castillo de Transilvania, sino una pista de baile cubierta de niebla artificial y luces rojas parpadeando. Dracula’s Music Cabinet es una invitación a cruzar el umbral del sonido más delirante que jamás haya salido de un sarcófago de vinilo: un disco que ríe con colmillos afilados y baila al compás de su propia resurrección.

Los vampiros del groove eterno

Hay discos que parecen haber nacido de un hechizo, y Dracula’s Music Cabinet (1969) es uno de ellos. Concebido en la Alemania más pop y psicodélica de los sesenta, este álbum se alza como un monstruo sonoro construido con pedazos de jazz, funk, erotismo pulp y humor de ultratumba.
Firmado por The Vampires of Dartmoore, fue una creación del compositor Heribert Thusek y el comediante Horst Ackermann, dos mentes que decidieron fabricar algo imposible: la banda sonora de una película que jamás existió.

En una época donde las películas de serie B mezclaban sin pudor el horror con la sexploitation —naciendo así el breve y delicioso fenómeno del horrotica—, este dúo se propuso capturar la esencia de ese cine barato, colorido y atrevido… pero desde un estudio de grabación.
El resultado fue un vinilo maldito donde cada pista suena como si hubiera escapado de una cinta Hammer perdida: un cóctel de órgano Hammond, groove espeluznante y efectos que parecen invocar risas, gemidos y fantasmas con ritmo.

Dracula’s Music Cabinet no busca asustar.
Busca embrujar.
Sus melodías no te clavan colmillos: te envuelven con terciopelo y psicodelia, te invitan a un aquelarre en clave lounge. Pistas como “The Torture Chamber of Dr.Sex” o “Dance of the Vampire” funcionan como portales a ese universo donde el horror se vuelve espectáculo, el miedo se disfraza de beat y los monstruos improvisan pasos de jazz en el sótano del castillo.

Lejos de ser una simple curiosidad kitsch, el álbum es un reflejo de su tiempo: la Europa que bailaba entre el fin del Swinging London y la llegada del rock progresivo, los clubes llenos de humo, las luces estroboscópicas y los discos de vinilo que sonaban como experimentos radiales de medianoche.
Con los años, el gabinete de Drácula se convirtió en una pieza de culto entre coleccionistas de rarezas y fanáticos del "library music", ese rincón secreto donde el pop instrumental y lo cinematográfico se mezclaban con libertad absoluta.

Hoy, escucharlo es como abrir un ataúd sellado por décadas y encontrar dentro no un cadáver, sino una fiesta: el eco de una época que entendía el horror como arte, broma y seducción.

Dracula’s Music Cabinet es la prueba de que el miedo también puede bailar… y que en el fondo del abismo, siempre hay un órgano Hammond afinando.

Contraportada del acetato: El Horror También Se Baila

Impresión Personal: Terror en 33 RPM

Dracula’s Music Cabinet es un álbum singular, atmosférico y oscuro, envuelto en un humor negro deliciosamente bizarro y sostenido sobre un encantador esqueleto de primitivo Jazz-Rock. En este único y enigmático trabajo de los extravagantes The Vampires of Dartmoore, desfilan un sinfín de efectos sonoros que flotan sobre un fondo de jazz-rock con tintes psicodélicos y pulsaciones “krautrockianas”, dando forma a lo que bien podría ser la banda sonora de una imaginaria película de terror de serie B. Más que un disco convencional, es una experiencia: un collage sonoro que seduce por sus atmósferas y su extraña comicidad. Quizás no conquiste por completo a todos los oídos, pero sin duda hechizará a quienes sepan disfrutar lo insólito. Una obra original, exquisita, ácida, morbosa, terrorífica… y deliciosamente bufonesca.

Mini-datos:

  • El proyecto nació de una broma de estudio: The Vampires of Dartmoore no eran una banda real, sino un conjunto de músicos de sesión alemanes reunidos por el productor Horst Ackermann para crear un “álbum de horror pop” que sonara a película barata de monstruos. El proyecto comenzó casi como un chiste… hasta que el resultado fue demasiado bueno para no publicarse.

  • Fue grabado en los estudios Europa, cuna de discos de biblioteca y series alemanas: Ahí también se producían los álbumes de sonido incidental que se usaban para programas de TV o cintas educativas. Por eso Dracula’s Music Cabinet suena como una mezcla entre una banda sonora perdida y una jam psicodélica con vampiros.

  • Se rumorea que algunos samples de este disco fueron usados en películas de terror italianas: En los años 70, fragmentos de los sonidos y gritos del álbum habrían sido reciclados en filmes de bajo presupuesto europeos. Nunca se ha confirmado del todo, pero el mito le da aún más ese aura de “vinilo maldito”.

  • El álbum fue prácticamente invisible hasta los 2000: Durante décadas circuló solo entre coleccionistas de rarezas alemanas y amantes del library music. Recién con la ola de revalorización del lounge y el exotica weird de los 2000 fue redescubierto, convirtiéndose en una joya de culto codiciada por DJs y freaks del horror pop.

01. Die Folterkammer des Dr. Sex
02. Crime and horror
03. Der Feuerdrachen von Hong Kong
04. Mord im Ohio Express
05. Tanz der Vampire
06. Hallo, Mr. Hitchcock
07. Der Henker von Dartmoore
08. Ende eines Killers
09. Die Wasserleiche
10. Eine Hand voll Nitro
11. Dr. Caligaris Gruselkabinett
12. Frankenstein Grübt Alpha 7

CODIGO: @





Anexo:

Velvett Fogg – Same 

Mientras Dracula’s Music Cabinet levantaba neblina y ritual psicodélico en los estudios alemanes, al mismo tiempo en Birmingham surgía otro engendro sonoro nacido del mismo clima lisérgico de 1969: Velvett Fogg y su único y delirante álbum homónimo. Si los Vampires of Dartmoore traían el humor negro y el horror lounge, Velvett Fogg cargaba con el peso del heavy psych británico, riffs espesos y voces que parecen invocar al ocultismo desde un club subterráneo. Ambos discos comparten el aura de joyas malditas de una época de experimentación sin frenos, pero cada uno toma su propia ruta hacia lo desconocido: uno desde el terror pulp con groove, el otro desde la psicodelia pesada al borde del hard rock primitivo. Una hermandad accidental forjada en el mismo año, entre brumas, fuzz y magia negra sonora.






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